La caída de las panaderías tradicionales: cerca de 300 cierres en la Región Metropolitana en cinco años
Revisa algunos de los factores principales que han afectado el mercado.

Agencia Uno
La industria panadera, uno de los mercados más relevantes en Chile, atraviesa un inquietante momento de contracción en la Región Metropolitana.
Según un informe de la consultora GPS Property, el número de panaderías ha bajado de unas 1.500 antes del Estallido Social y la pandemia, a aproximadamente 1.200 en la actualidad, una merma cercana al 20 % en los últimos cinco años.
El estudio identifica varios factores que han golpeado a este rubro arraigado en la cotidianeidad chilena. En primer lugar, el Estallido Social provocó una primera ola de cierres en comunas tanto del centro como de la periferia, afectando especialmente a locales tradicionales que dependían de la venta diaria y del flujo constante de clientes.
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Luego, la crisis sanitaria por el Covid-19, con cuarentenas y restricciones de movilidad, agravó la situación, y se sumaron incrementos sostenidos en los costos de insumos básicos como harina, energía y arriendos.
El presidente de la Asociación Gremial de Industriales del Pan (Indupan), Juan Mendiburu, también apuntó al encarecimiento de los terrenos: “Muchas veces el terreno valía más que la panadería misma, entonces se vendieron” (vía La Tercera).
Además, en negocios familiares, los sucesores a menudo no han continuado con el rubro ante la creciente competitividad y complejidad operativa.
Comunas más afectadas y nueva modalidad
Según los datos, las zonas más impactadas por los cierres de panaderías históricas son las comunas de Santiago Centro, Puente Alto y San Bernardo. En estos sectores, el descenso en la oferta ha sido más evidente.
Por otro lado, emergen nuevas dinámicas en comunas como Ñuñoa y Providencia, donde han aparecido formatos híbridos que fusionan panadería, pastelería y cafetería, en espacios de entre 70 y 120 m², pensados para una experiencia de consumo más sofisticada.
Asimismo, comunas de la zona oriente, como Las Condes y Vitacura, se posicionan como polos emergentes para locales de alto estándar enfocados en la calidad, innovación y experiencia de cliente.
Bajo este contexto, la consultora prevé una eventual recuperación en el sector: “El mercado podría crecer alrededor de un 10 % en los próximos años, aunque con un perfil distinto al que predominaba antes de 2019.”
Nuevos escenarios
Para los consumidores, el cambio se traduce en una menor presencia de panaderías tradicionales de barrio y una mayor oferta de espacios que combinan panificación, cafetería y “pastelería premium”.
Para quienes emprenden en este rubro, el desafío es doble: adaptarse al nuevo perfil de cliente, que busca experiencia, ambiente y variedad, y gestionar costos crecientes de operación.
En definitiva, aunque el pan sigue siendo una parte central de la dieta chilena, el entorno económico y estructural ha cambiado para quienes producen y venden ese pan. El rubro debe reinventarse si quiere mantenerse relevante.
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