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Contraseña “LOUVRE”: la insólita falla digital que facilitó el robo al Museo parisino y que revela graves brechas en la seguridad

Las autoridades ya habían alertado sobre la vulnerabilidad de la seguridad digital.

Contraseña “LOUVRE”: la insólita falla digital que facilitó el robo al Museo parisino y que revela graves brechas en la seguridad

El robo al Museo del Louvre el 19 de octubre de 2025 destapó una grave crisis en la seguridad digital de una de las instituciones culturales más importantes del mundo.

Una de las revelaciones más impactantes fue que la contraseña utilizada para acceder al sistema de videovigilancia era simplemente “LOUVRE” , una clave trivial que facilitó que los ladrones pudieran desactivar cámaras y control de acceso, según informó la Agencia Nacional de Seguridad de la Información (ANSSI) de Francia.

La historia de vulnerabilidades del Louvre en seguridad informática es larga. En 2014, una auditoría ya había alertado sobre la utilización de software obsoleto y sistemas vulnerables, incluyendo estaciones con Windows 2000 y Windows XP sin soporte ni actualizaciones.

Esta situación permitía que un atacante externo pudiera infiltrarse en redes críticas, dañar servidores de videovigilancia y modificar permisos del sistema de control de acceso. La ANSSI recomendó urgentemente crear contraseñas complejas y actualizar todos los sistemas, pero muchas de estas medidas no fueron aplicadas completamente, dejando al museo con un sistema inseguro durante años.

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El audaz robo duró escasos siete minutos. Los delincuentes, disfrazados de obreros y usando herramientas eléctricas, accedieron mediante una escalera mecánica hasta el balcón del primer piso, rompieron un ventanal de la Galería de Apolo y se apoderaron de nueve piezas valiosas, entre ellas joyas de la Corona francesa.

Aunque las alarmas se activaron, el museo contaba con solo cinco cámaras exteriores para 1,3 kilómetros de fachada, y muchas de las cámaras internas tenían contratos vencidos, lo que complicó la respuesta inmediata.

La ministra de Cultura, Rachida Dati, inicialmente defendió la seguridad del Louvre, pero después reconoció que existían fallas significativas.

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Bajo este escenario, se anunciaron nuevas medidas urgentes para auditar y corregir las vulnerabilidades, esta vez con celeridad y más énfasis tras lo sucedido, dejando atrás las recomendaciones previas.

Este episodio evidencia que la seguridad digital no puede ser subestimada en instituciones culturales de alto valor patrimonial. La contraseña “LOUVRE” simboliza la precariedad de un sistema donde la negligencia en mantener protocolos actualizados y la falta de contraseñas seguras permitieron vulnerabilidades críticas.

Las lecciones son claras: proteger el patrimonio cultural requiere no solo vigilancia física, sino también robustos sistemas cibernéticos con prácticas de seguridad rigurosas y actualizadas.

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