“Ese cuchillo se lo sacaron a una señora”: la particular explicación de Aníbal Mosa tras la pelea de barristas en el Estadio Nacional
El presidente de Blanco y Negro asegura que no se vulneraron los controles de seguridad.

La violenta pelea entre hinchas de Colo-Colo durante el partido ante Deportes Limache sigue generando repercusiones. El empate 2-2 en el Estadio Nacional quedó en segundo plano por las imágenes de una trifulca en la galería norte, donde en medio de gritos y golpes se pudo evidenciar la presencia de un arma blanca.
El incidente llevó al Ministerio de Seguridad Pública a presentar una querella criminal no solo contra los dos individuos identificados por portar un cuchillo y una muleta durante los enfrentamientos, sino también contra Blanco y Negro y su directorio encabezado por Aníbal Mosa.
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La acción judicial busca establecer responsabilidades bajo la Ley N.º 19.327, que regula los espectáculos de fútbol profesional, y marcando un hecho inédito en el país, demandando penalmente a un club de fútbol por hechos de violencia ocurridos en un estadio.
En la querella, que detalla los hechos, se apunta de forma especial a un sujeto con “un cuchillo con el cual intentó agredir a otra persona, y otro un bastón ortopédico tipo muleta con el que intentó agredir a un tercero”. Los implicados, identificados como Kevin Andrés Mayorga Veloso e Ignacio Ariel Espejo Moncada, ya fueron individualizados por las autoridades.
La respuesta de Mosa
Frente a la acusación, Aníbal Mosa salió al paso para deslindar responsabilidades del club en el ingreso del arma al recinto: “Lo tenemos investigado, tenemos toda la información. Ese cuchillo se lo sacaron a una señora que vende sándwiches”.
“No es que la persona entró con el cuchillo y vulneró los controles de seguridad”, sostiene el dirigente, quien insistió en que el objeto no provenía del público ni de fallas en el control. “Pasó este tipo por ahí, desquiciado, le saca el cuchillo y se lo lleva. Y eso trajo las imágenes que ustedes ven”, agregó.
La querella, sin embargo, pone la lupa sobre la gestión de seguridad del club y la efectividad de sus protocolos. Además de Mosa, el documento apunta al vicepresidente Eduardo Loyola, a los directores Alfredo Stöhwing y Ángel Maulén, y al gerente general Alejandro Paul, por una supuesta omisión en las medidas que habrían permitido el ingreso de armas blancas y otros objetos prohibidos al recinto deportivo.

El hecho reaviva el debate sobre la violencia en los estadios chilenos y el rol que deben asumir los clubes frente a las barras organizadas.
En un contexto de creciente escrutinio público, la acción del Gobierno busca sentar un precedente en materia de responsabilidad institucional y endurecer las sanciones por incidentes de este tipo.
Mientras la justicia avanza en su investigación, en Macul defienden su actuar y aseguran que colaborarán con todas las instancias necesarias.
Hoy, el foco está puesto en que la lucha contra los hechos violentos y delictuales en los partidos de fútbol no sean de única responsabilidad de los hinchas, sino también de los clubes. Sin embargo, las declaraciones de Blanco y Negro entorpecen la discusión.
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