VIDEO. “Me diría, no te preocupes, ten más confianza en ti y ponte la minifalda, el vestido apretado, guachita. Va a llegar una edad donde todo va a colgar”
La destacada cantante chilena de jazz, Claudia Acuña, reflexionó en Ciudadano ADN sobre su trayectoria, el rol de la mujer en la música, la discriminación hacia los latinos y el poder del arte como herramienta de transformación social, en su regreso a Chile tras más de tres décadas en el extranjero.

De regreso en Santiago, la voz de Claudia Acuña suena más firme que nunca. Tras más de 30 años residiendo en Nueva York, la cantante chilena de jazz se reencontrará con su país y sus raíces en un emotivo concierto en el Teatro Oriente este 18 de octubre.
“Es emocionante, es como que uno llega acá y la carga emocional es bastante más fuerte de lo que uno imagina. Estoy entre la euforia y la alegría. Hace muchos años que no estaba en Santiago”, confesó con nostalgia.
Acuña repasó su carrera con una mezcla de gratitud y lucidez. “He aprendido a aceptar todo, lo bueno y lo malo, con mucha humildad y agradecimiento. Creo que estoy en uno de los mejores momentos de mi vida, porque ya no pido permiso. Estoy cómoda en mi propia piel”, expresó, subrayando la libertad que solo otorgan los años y la experiencia.
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Desde su partida a Estados Unidos, la artista ha debido abrirse camino en un entorno que —reconoce— no siempre fue amable. “Como mujer latina y sudamericana, siempre cuesta un poco más. Pero he logrado hacerme un espacio con mi nombre y mis raíces. Me enorgullece que mi granito de arena contribuya a que se conozca más nuestra música”, aseguró.
Claudia también reflexionó sobre el clima político y social en Norteamérica: “He sentido el mismo dolor en el estómago que tuve en dictadura. Hay racismo, miedo y un nivel de agresividad que preocupa. Pero quiero pensar que este caos es necesario para que despertemos como humanidad”.
Para ella, el arte no es solo refugio, sino también responsabilidad. “Los artistas tenemos la obligación de contar la verdad, de hablar desde la historia. Dejémonos de escribir tonteras. Hablemos de lo que vivimos, de lo que somos”, sostuvo con firmeza.
Sobre su evolución personal, fue tan honesta como risueña: “Le diría a la Claudia de hace 30 años: no te preocupes tanto, confía más en ti y ponte la minifalda, guachita. Va a llegar una edad donde todo va a colgar”.
Hoy, Acuña vuelve al país convertida en una referente del jazz latino, con el mismo fuego que la llevó del sur de Chile al Carnegie Hall.
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