Estudio sugiere que decir malas palabras tiene un extraño efecto en nuestro cuerpo, en especial en el deporte
Los resultados abren nuevas preguntas sobre la relación entre mente, lenguaje y rendimiento corporal.
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Decir groserías durante el ejercicio podría tener más efectos de los esperados.
Un nuevo estudio científico sugiere que decir malas palabras ayuda a las personas a ejercer más fuerza y sostener el esfuerzo físico por más tiempo, al favorecer un estado mental más enfocado y menos restrictivo.
La investigación, publicada en la revista American Psychologist, fue liderada por Richard Stephens, psicólogo de la Universidad de Keele (Reino Unido), junto a académicos de la Universidad de Alabama.
Según el equipo, muchas personas no utilizan toda su fuerza debido a barreras psicológicas, y decir malas palabras podría ayudar a superarlas al aumentar la confianza y la concentración.
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El estudio incluyó dos experimentos con 182 participantes de entre 18 y 65 años. Los voluntarios realizaron una exigente prueba de flexiones de silla —levantando su propio peso con los brazos— mientras repetían en voz alta una palabra grosera o una neutra.
Los resultados mostraron que quienes decían malas palabras lograban mantener el ejercicio por más tiempo. Además, reportaron mayores niveles de emoción positiva, humor y fluidez psicológica, estados asociados a un mejor desempeño físico.
Aunque no se comprobó de forma concluyente que las groserías reduzcan directamente las inhibiciones, los autores sostienen que podrían facilitar un mayor esfuerzo: “Decir malas palabras es una herramienta simple, de bajo costo y fácilmente disponible para mejorar el rendimiento”, concluyó Stephens.
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