El camino de Chevesich, nueva presidenta de la Corte Suprema: de redactar el desafuero de Pinochet a enfrentar las presiones por el caso MOP-Gate
Recordada por resistir presiones durante el gobierno de Ricardo Lagos y condenar a la cúpula del MOP, la ministra se convierte hoy en la primera mujer en encabezar el Poder Judicial.
Agencia Uno
Un nuevo capítulo se escribió hoy en la historia del Poder Judicial chileno. El pleno del máximo tribunal eligió a la ministra Gloria Ana Chevesich como su nueva Presidenta, convirtiéndola en la primera mujer en ocupar este puesto desde la fundación de la República. De actitud reservada y formada en la Universidad de Chile, su llegada a la cabecera de la mesa marca la culminación de una carrera caracterizada por una visión implacable de la ley y un desempeño que no admite dobles interpretaciones.
Su trayectoria siempre ha estado ligada a los pasillos de tribunales. En 1986 asumió como relatora de la Corte de Apelaciones de Santiago, y ocho años más tarde ascendió al mismo cargo en la Corte Suprema. Fue en ese rol clave donde su mano jurídica quedó plasmada en la historia: participó en el proceso de desafuero de Augusto Pinochet, siendo la encargada de redactar la sentencia.
La sombra del caso MOP-GATE
Sin embargo, fue en 2002, ya como ministra de la Corte de Apelaciones de Santiago, cuando Chevesich recibió el encargo que definiría su perfil público: la investigación del Caso MOP-GATE.
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Junto al Laboratorio Criminalístico de la PDI, la magistrada lideró durante 7 años una indagatoria extenuante para desentrañar un complejo mecanismo de corrupción. La investigación estableció que el Ministerio de Obras Públicas pagó sobresueldos a 129 funcionarios por trabajos no realizados, mientras la empresa GATE S.A. recibía pagos injustificados por concesiones de autopistas, todo mediante la sobrevaloración de consultorías.
El trabajo de Chevesich fue titánico: acumuló 50 tomos y 1.032 páginas de fallo, abriendo 25 aristas distintas. En 2010, concluyó que el fraude al fisco alcanzó los $1.243 millones, condenando a 14 personas, entre ellas figuras como Carlos Cruz, Carlos Cortés y Héctor Peña.
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Presiones y vida personal
El camino hacia la verdad no estuvo exento de obstáculos. Chevesich debió enfrentar el robo del computador del jefe de finanzas del MOP y denunció ante la Suprema presiones para no seguir indagando a funcionarios del gobierno del expresidente Ricardo Lagos. Incluso, debió defenderse de acusaciones de filtraciones a la prensa que intentaron involucrar a su marido, recibiendo finalmente el respaldo total del Poder Judicial.
En el plano personal, su carrera también exigió sacrificios. Tras enviudar en 2004, inició una relación con su par, el ministro Carlos Gajardo. Para evitar conflictos de interés y no obstaculizar el ascenso de Chevesich a la Suprema, Gajardo solicitó su traslado a la Corte de Apelaciones de San Miguel, despejando el camino de la magistrada.
Finalmente, en 2013, el entonces Presidente Sebastián Piñera la nominó para integrar la Corte Suprema, siendo ratificada por el Senado con 26 votos a favor. Hoy, esa misma jueza que no temió investigar al poder político, se sienta en el sillón principal de la justicia chilena.
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