VIDEO. Así es Ozzy, el perro con una lengua de casi 20 centímetros, dueño del nuevo récord Guinness
El bullmastiff de Oklahoma fue certificado oficialmente con una lengua de 19,89 cm, superando por amplio margen la marca anterior.

Así es Ozzy, el perro con una lengua de casi 20 centímetros, dueño del nuevo récord Guinness / feedough
El libro de los Récords Guinness tiene un nuevo integrante en su sección animal. Se trata de Ozzy, un perro mezcla de bullmastiff que ha sido certificado oficialmente como el poseedor de la lengua más larga en un perro vivo. La impresionante medida de su órgano es de 19,89 centímetros (7,83 pulgadas), una dimensión que supera la longitud de una lata de refresco estándar y que le ha valido el título mundial.
Con esta certificación, Ozzy destronó al anterior poseedor del récord, un bóxer llamado Rocky originario de Illinois, cuya lengua medía 13,88 cm (5,46 pulgadas). La diferencia es sustancial, consolidando a Ozzy —quien reside en Oklahoma City— como el indiscutible líder en esta peculiar categoría biológica.
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Un rasgo “torpe” pero saludable
Angela, la dueña de Ozzy, explicó que la lengua de su mascota ha sido una característica distintiva desde que era un cachorro. “Siempre ha tenido una lengua que le cuelga de la boca, desde que nació”, señaló. A pesar de lo llamativo y a veces “torpemente largo” del rasgo, la familia se aseguró de descartar problemas de salud. Múltiples revisiones veterinarias confirmaron que Ozzy no sufre de problemas dentales ni condiciones médicas subyacentes; simplemente, su anatomía es extraordinaria.
La longitud de su lengua influye en su vida diaria de maneras curiosas. Según relata su propietaria, el órgano suele colgar por un costado de su boca o es utilizado hábilmente por el can para atrapar juguetes y lamer su comida, la cual debe ser blanda para facilitarle la ingesta debido al tamaño de su lengua.
Personalidad de “canguro”
Más allá de su récord físico, Ozzy destaca por una personalidad vibrante que contrasta con su apariencia imponente. Angela lo describe como un perro “extremadamente perezoso pero muy activo al mismo tiempo”, capaz de saltar en el patio “como un canguro” cuando se emociona. Su carácter noble lo ha convertido en el centro de atención cada vez que sale en público.
El impacto en la gente es inmediato. Su dueña asegura que la “fabulosa sonrisa caída” de Ozzy tiene el poder de poner una “sonrisa automática” en el rostro de los extraños, quienes quedan fascinados al ver la magnitud de su lengua en persona.
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