Carabineros entrega detalles sobre el actuar de los motochorros: estos son los días y los horarios más recurrentes del delito

Desde hace ya un tiempo que los denominados motochorros se establecieron en el país con una modalidad marcada para cometer sus delitos sin la necesidad de mayor enfrentamiento ni riesgos.

Bajo un escenario donde la delincuencia se toma la agenda nacional, Carabineros dio a conocer datos estadísticos sobre este delito que afecta a la ciudadanía.

Sin mayor sorpresa, se reveló que el elemento más robado es el teléfono celular, teniendo incluso un alza en los casos de robo.

En 2023 se registraron 182 casos, en 2024 se notificaron 198 y en lo que va de 2025 se han reportado 245. Esto, únicamente en la Región Metropolitana.

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Como segundo elemento aparecen los bolsos/carteras, pero con números considerablemente menores: 11 en 2023; 10 en 2024 y 10 en 2025.

Respecto a los horarios de mayor frecuencia se registran en tres jornadas y distintos segmentos:

• Martes a viernes: de 08:00 a 11:59 y de 16:00 a 19:59.
• Sábado: de 12:00 a 19:59.

El delito como tal también ha experimento un alza. En 2023 se presentaron 183 denuncias; en 2024 fueron 210; y en lo que va de 2025 asciende a 248, aún con una fecha tan especial como Navidad por delante.

Respecto a las comunas más afectadas, Santiago lidera el ránking, seguido por Ñuñoa y La Florida en el Top 3. Le siguen Providencia, San Miguel, La Cisterna y Maipú.

De todas formas, hay que destacar que en La Florida y San Miguel se ha registrado una baja en las denuncias por este tipo de delito hasta el momento. Tienen más casos en 2023 y 2024, respectivamente.

“El Estado está al debe”

En conversación con CHV Noticias, Marcelo Valdebenito, Coronel (r) del GOPE de Carabineros, reconoció como foco de mayor riesgo las aglomeraciones, como “en el cruce de calles, a la salida del metro”.

Según expone, en se trata de “ocasiones donde la víctima es seleccionada porque va distraída y no tiene capacidad de reacción”. De esta forma, el motochorro selecciona y “estudia” a la víctima, siempre pensando en “una rápida huida”.

Por otra parte, hace hincapié en la importancia de que el Estado “debe atribuirse la responsabilidad y garantizar la seguridad” frente a casos como estos, donde se trata de un delito marcado y ya conocido.

Sostiene que “el Estado está al debe” y no puede apuntarse a que las personas deban restringirse de andar con objetos de valor, a hablar por teléfono, a revisar su celular o transitar libremente.