Durante este miércoles, el fiscal regional (s) de La Araucanía, Alberto Chiffelle, abordó en ADN Hoy los cuatro atentados registrados en las últimas 72 horas, atribuidos a la agrupación Weichan Auka Mapu (WAM)

“Efectivamente, tuvimos cuatro atentados en la zona. Son investigaciones complejas, porque se trata de ataques ocurridos en sectores rurales, de noche, sin cámaras ni testigos”, explicó el fiscal.

“En uno de los casos, en Cunco, los trabajadores se retiraron a las seis de la tarde y se percataron del incendio de la maquinaria a las ocho de la mañana siguiente. Hemos destinado un equipo de fiscales y policías que desde hace tiempo investigan a esta orgánica, la WAM, para seguir la misma estrategia que en años anteriores permitió dar golpes importantes a la Coordinadora Arauco Malleco y otras organizaciones”.

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Consultado por la posibilidad de una rearticulación de los grupos tras recientes condenas judiciales, Chiffelle sostuvo que “el trabajo investigativo y judicial ha llevado a condenas importantes. Además de esa, fueron sentenciados dos personas a 32 y 17 años por homicidios de un carabinero y un funcionario de la PDI. No descartamos ninguna línea investigativa, incluyendo una posible reorganización”.

El fiscal agregó que “hubo una baja considerable en los atentados —al 30 de septiembre registrábamos 180 denuncias, un 10% menos que el año pasado—, pero en las últimas semanas esta cantidad y la forma en que se han materializado indican algún nivel de planificación”. Por ello, señaló, han sostenido reuniones con fiscales y policías para reforzar la coordinación.

Los detalles

Respecto al aumento de violencia en los ataques, Chiffelle precisó que “afortunadamente, no ha habido ataques a personas, solo a bienes materiales y maquinaria. Lo nuevo son los lugares: sectores más alejados de la Ruta 5 Sur, como Cunco y Vilcún. Pese al estado de excepción y la presencia del Ejército, se están dando en zonas más rurales”.

También destacó que las últimas adjudicaciones “provienen de personas privadas de libertad condenadas en juicios anteriores. Todas pertenecen a la WAM, una orgánica criminal que investigamos de forma permanente. Por ahora, los hechos se califican como atentados incendiarios, aunque el gobierno ha presentado querellas invocando la ley antiterrorista. Nosotros investigamos hechos, y si los antecedentes calzan con esa ley, la aplicaremos”.

Finalmente, consultado por la magnitud del grupo investigado, el fiscal explicó que “creemos que no son más de veinte o veinticinco personas. No es un gran grupo. Temucuicui, por ejemplo, no es una organización, sino una comunidad donde vive mucha gente ajena a estos hechos. Investigamos orgánicas específicas de no más de 25 personas”.

“Son personas que planifican y se coordinan, que conocen cómo funcionan las investigaciones y toman medidas para evitar ser detectadas. Muchos de los nombres que aparecen ahora son nuevos; los antiguos están cumpliendo condena. No son células espontáneas. Son grupos estructurados, con jerarquías y planificación. No es un grupo de amigos que decide incendiar maquinaria, sino una organización con roles definidos y una forma de operar clara”, cerró.