Aplica estos cinco simples cambios en tu dieta para mejorar tu salud intestinal
No es necesario recurrir a suplementos caros ni regímenes muy elaborados.

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La salud intestinal, aunque muchas veces desestimada, es un aspecto fundamental para el bienestar diario. Y si bien puede ser vista como algo complejo, no es necesario recurrir a suplementos caros ni dietas complicadas.
Solo basta con hacer pequeños cambios en la alimentación que favorezcan un microbioma equilibrado, permitiendo una mejora evidente que, sin duda alguna, nuestro cuerpo lo agradecerá.
La salud digestiva se sostiene en la combinación adecuada de bacterias beneficiosas y una ingesta suficiente de fibra, que es el alimento natural de estos microorganismos esenciales para la digestión, el sistema inmunológico, el estado de ánimo y el sueño.
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Entre las recomendaciones prácticas para fortalecer la microbiota destacan cinco cambios sencillos:
- Reemplazar las papas fritas por palomitas de maíz, un cereal integral rico en fibra que alimenta a las bacterias buenas.
- Sustituir los dulces por frutas deshidratadas como albaricoques, pasas o dátiles, que aportan fibra, vitaminas y azúcares naturales.
- Incorporar lentejas o garbanzos en preparaciones como la boloñesa, aprovechando su fibra prebiótica que alimenta la microbiota y proporciona proteína vegetal
- Optar por frutos secos naturales en lugar de los saborizados, para evitar excesos de sal y azúcar, consumiendo grasas saludables y fibra.
- Cambiar el helado por frutos rojos congelados acompañados de kéfir, una bebida láctea fermentada que ofrece antioxidantes y cultivos vivos que promueven una microbiota sana.
Además, es beneficioso consumir una variedad de alimentos integrales ricos en fibra, como frutas y verduras, y considerar alimentos fermentados como el kimchi, chucrut o la kombucha, que también aportan probióticos naturales.
Sin embargo, no es indispensable centrarse exclusivamente en ellos para lograr un buen estado intestinal.
Respecto a los suplementos y probióticos industriales, no existe evidencia clara de sus beneficios y suelen tener un costo elevado, por lo que no se recomiendan como primera opción.
La clave está en una dieta equilibrada y variada, rica en fibra natural, que provea un hábitat y alimento óptimos para las bacterias intestinales.
En resumen, cuidar la salud del microbioma intestinal es sencillo y accesible con cambios moderados en la dieta, priorizando alimentos vegetales ricos en fibra y fermentados que fomentan una microbiota diversa y funcional, esencial para el bienestar general y metabólico.
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