Cómo evitar la adicción a los videojuegos en niños: consejos efectivos para padres que buscan un equilibrio saludable
La alerta está puesta al momento en que no quiera realizar otras actividades.
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Cuando un hijo se muestra reacio a salir y está enganchado a los videojuegos, es importante que los padres actúen con una combinación de comprensión, autoridad y establecimiento de límites claros.
El juego frecuente y prolongado puede derivar en una rutina poco saludable e incluso en adicción, especialmente en juegos multijugador en línea que usan mecanismos psicológicos para mantener al jugador conectado el máximo tiempo posible.
Para manejar esta situación, primero es vital que los padres observen si el niño ha perdido interés en otras actividades importantes como los estudios, el tiempo en familia o las salidas con amigos.
También deben estar atentos a cambios de humor y aislamiento, pues estos pueden ser señales de un problema mayor o una necesidad de evasión, que en ocasiones requiere ayuda profesional.
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Una estrategia fundamental consiste en mantener un vínculo afectivo fuerte con el hijo basado en la confianza, pero también en ejercer la autoridad, entendida como la responsabilidad de los padres para establecer normas y límites que protejan el bienestar del menor.
Para limitar el tiempo de juego, expertos recomiendan establecer horarios claros y coherentes. Por ejemplo, la American Academy of Pediatrics sugiere que los niños mayores de 6 años jueguen no más de 60 minutos en días escolares y hasta 2 horas en días de descanso.
Siempre después de cumplir con las responsabilidades escolares y domésticas. Es clave que los padres participen y supervisen los juegos, evitando títulos con violencia o contenido inadecuado. No se debe instalar la consola o el ordenador en la habitación del niño para facilitar la supervisión y evitar juegos sin control.
Cuando el hijo no responde a las normas ni a la comunicación, puede ser necesario aplicar medidas firmes, como retirar temporalmente el dispositivo, siempre con paciencia y cariño.
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Como un caso relatado por padres que lograron un cambio positivo al decir con humor “el ordenador se ha ido de vacaciones”, mostrando cómo una pausa en el juego puede restablecer la empatía y intereses.
Finalmente, si hay renuencia persistente, agresividad o signos de adicción, es imprescindible buscar ayuda psicológica especializada para abordar problemas subyacentes y lograr un tratamiento adecuado.
En resumen, los padres deben combinar diálogo abierto, establecimiento de límites, supervisión activa y en caso necesario, intervenciones firmes y ayuda profesional para asegurar un equilibrio saludable entre el ocio digital y otras áreas de la vida del niño.
Esta combinación es clave para prevenir y tratar el enganche excesivo a los videojuegos y promover el bienestar integral de los hijos