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“Nunca se refirieron a mí por mi nombre, era la ‘hueon...’: mujer gana juicio por acoso laboral y recibirá millonaria cifra

“Desde el primer día me preguntaron a quién venía a sacar”, contó Paulina Yévenes, quien comenzó a trabajar como conductora en una empresa ligada a la ACHS.

Imagen referencial.

Imagen referencial. / AndreyPopov

En marzo de 2022, Paulina Yévenes comenzó a trabajar como conductora en Esachs Transporte S.A., una empresa ligada a la ACHS que se encarga de trasladar pacientes desde la ciudad de San Antonio hasta el Hospital del Trabajador en Santiago.

Según relató a LUN, aquel empleo se convirtió en una pesadilla marcada por el acoso laboral. “Desde el primer día me preguntaron a quién venía a sacar”, contó al diario.

Acorde a su relato, los ataques veían de dos compañeros de trabajo mayores. El dúo de hombres, la insultaba con garabatos, la ridiculizaba frente a los pacientes e incluso tenía el descaro de acusarla ante el supervisor.

“Nunca se refirieron a mí por mi nombre. Era ‘la hueona’, ‘la tipa’, así todo el tiempo”, detalló. La única medida del jefe habría sido una carta de amonestación que no tuvo mayores efectos.

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Pese a una mediación en marzo del año pasado, donde se acordó separarlos laboralmente, esto no se cumplió. Incluso la Dirección del Trabajo señaló que el acosado era “un peligro para todo el equipo”, pero nada pasó.

Al final, el principal acusado fue despedido, pero era demasiado tarde. Para Yévenes, el daño psicológico ya estaba hecho tras un año y medio después de las primeras denuncias.

La mujer decidió auto despedirse, tras un periodo en el que estuvo medicada luego de que se confirmara que sufría “trastorno de adaptación”. La empresa se negó a pagarle el finiquito o indemnización.

Eso sí, este mes el Juzgado de Letras del Trabajo de Valparaíso dictó sentencia a su favor y ordenó a Esachs pagarle más de $10 millones y enviarle una carta de disculpas. “Le fue vulnerada su garantía de la vida e integridad física y psíquica”, precisa el texto judicial.

La empresa anunció que apelará. “Perdí la confianza y la seguridad, pero sigo en pie”, concluyó la trabajadora, quien ahora es despachadora en una agencia de aduanas.

Para Rodrigo Valdivia, abogado de Yévenes, esta sentencia confirma que los tribunales están aplicando con rigor el deber de protección del empleador. “El autodespido no es una renuncia, sino una respuesta legítima frente a la vulneración de derechos fundamentales”, dice el socio del área laboral de GrupoDefensa.cl.

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