FOTOS. Ciclista de 75 años reconstruye su rostro con prótesis 3D tras brutal choque con conductor ebrio: así fue el resultado
“Quedé atrapado debajo del auto y fui arrastrado; el motor y el escape me quemaban un lado del cuerpo y el otro quedó aplastado”, relata Dave Richards.

Ciclista de 75 años reconstruye su rostro con prótesis 3D tras brutal choque con conductor ebrio: así fue el resultado / Mario Andrés Vergara Escobar
Dave Richards, de 75 años, sobrevivió en 2021 a un choque devastador mientras pedaleaba con amigos por la A303, cerca de Mere (Reino Unido). “Los cirujanos intentaron salvar mi ojo, pero temían que una infección llegara al cerebro por el nervio óptico, así que me lo extirparon”, relató. El impacto lo arrastró bajo el vehículo: sufrió fracturas múltiples, lesiones en espalda y pelvis y quemaduras de tercer grado que destruyeron parte de su rostro, incluyendo ojo, nariz y cuello.
Para cubrir el daño, los médicos realizaron un colgajo libre —“tomando tejido con arterias y venas y colocándolo en mi cuello, de manera que cubriera completamente el costado de mi cara”— y luego dos cirugías adicionales para liberar tejido cicatricial. En su rehabilitación fue derivado a Reconstructive Prosthetics, equipo que lidera el nuevo Bristol 3D Medical Centre del NHS en Frenchay, el primero en el Reino Unido que integra en un mismo lugar escaneo, diseño e impresión 3D para reconstrucción facial.
Allí, Richards recibió una prótesis facial impresa en 3D hecha a medida que imita tono de piel, cabello y ojo, y que encaja en el espacio anatómico perdido. “Cuando apareció la capacidad 3D, se abrió todo un abanico de posibilidades”, dijo. Reconoce que el proceso fue “surrealista” y exigente —con moldes, vaciados en cera y largas sesiones de fotografías—, pero destaca su impacto psicológico: “Me ha ayudado con la confianza y la rehabilitación”.
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Mientras rehace su vida, aún carga con el recuerdo del siniestro. “Quedé atrapado debajo del auto y fui arrastrado; el motor y el escape me quemaban un lado del cuerpo y el otro quedó aplastado”, describió. También expresó frustración por la sentencia reducida del conductor ebrio que lo embistió —liberado tras un año y medio por buena conducta—: “Casi pierdo la vida y vivo a diario con el dolor de mis heridas”.
El caso de Richards pone en primer plano el avance de la bioingeniería y la impresión 3D en reconstrucción cráneo-maxilofacial, un campo que ha dado pasos gigantes desde hitos como el trasplante facial completo de Charla Nash (2011), quien sobrevivió a un ataque que la desfiguró gravemente. Hoy, soluciones híbridas —trasplantes, colgajos microquirúrgicos y prótesis ultra personalizadas— permiten recuperar no solo función y simetría, sino también identidad y autoestima.
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