“Es puro cemento”: vecinos reaccionan a los primeros avances significativos en la renovación de Nueva Alameda en Plaza Italia
El principal cuestionamiento pasa por la falta de áreas verdes.

El emblemático espacio urbano conocido como Plaza Italia vive una etapa clave de su renovación: casi 12 meses después de que comenzaran las obras del Proyecto Nueva Alameda–Providencia, ya pueden observarse los primeros tramos habilitados y también los primeros reparos de quienes día a día transitan por la zona.
La intervención, impulsada por el gobierno en coordinación con los municipios de Santiago y Providencia, busca convertir la rotonda tradicional en “un gran espacio público con vocación peatonal”.
Entre sus principales metas se cuentan:
- Aumentar las áreas verdes en 8.720 m² alrededor del nudo vial.
- Reducir la superficie destinada al tránsito vehicular en un 53 %.
- Integrar los parques Parque Bustamante, Parque Balmaceda y Parque Forestal, mejorando la conexión peatonal y ciclista.
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La inversión prevista para este tramo del proyecto ha sido informada en distintas cifras. Un informe señala un monto de $22.500 millones para la zona de la plaza, mientras que otras fuentes más recientes reportan $26.000 millones para la etapa Nudo Baquedano.
El cronograma contempla que la obra concluya hacia finales de 2025, por lo que existe alta expectación para ver si es que se cumplen los plazos y ver si los resultados son aceptados por la ciudadanía.
Aunque la plaza sigue inmersa en trabajos, parte de la nueva zona peatonal adyacente al acceso de la estación de metro Baquedano ya está operativa. Esto contempla más espacio para ciclistas, peatones y transporte público.
Asimismo, la eliminación de partes de la jardinería y del muro escalonado de entrada fue destacada por residentes como una mejora en visibilidad y seguridad nocturna, siendo de las intervenciones más valoradas.
Voces del barrio
Desde un edificio frente al acceso del metro, la vecina Eleonora Moreno celebra los cambios: “Le dieron más espacio. Ahí se instalaban músicos, indigentes a dormir, en la noche el ruido era horrible” (vía The Clinic).
“Creo que vamos a estar más tranquilos por ese lado (...) ahora, a pesar de que hay menos pasto, creo que va a quedar bonito y más tranquilo”, comentó.
En cambio, Luisa Granado, que trabaja en un local cercano, lamenta la pérdida de espacios verdes: “Me habría encantado que hubiesen dejado los arbolitos y más pasto. Pronto se acerca el verano y vamos a tener más calor, porque es puro cemento. Antes era más pintoresco, ahora es puro cemento“.
Estos testimonios reflejan la doble cara que propone la revolución en temas urbanos, donde una intervención que moderniza y abre espacio público también puede suscitar sensación de pérdida estética o de confort.

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