Caso Ellen Greenberg: Nuevos antecedentes ponen en duda la labor de los forenses que investigan su muerte como suicidio
Fue apuñala en 20 oportunidades, 10 de ellas sufridas en la nuca. Ya han pasado 14 años y sigue sin haber claridad.

Han pasado más de 14 años desde que Ellen Greenberg fue encontrada muerta en su departamento en Filadelfia, Estados Unidos, pero el caso sigue generando indignación y dudas que ponen bajo la lupa el trabajo de las autoridades forenses.
La joven profesora de 27 años presentaba 20 heridas de arma blanca, diez de ellas en la nuca, sin embargo, su fallecimiento fue investigado como un suicidio.
En 26 de enero de 2011, Ellen Greenberg vivía con su pareja, Sam Goldberg, quien, según el relato oficializado, ese día salió al gimnasio y al regresar encontró la puerta del departamento cerrada desde el interior y, tras derribarla, halló a Greenberg tendida sobre un charco de sangre con un cuchillo incrustado en el pecho.
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De acuerdo a los documentos, fue él mismo quien llamó al 911, sugiriendo inicialmente que ella podría haberse provocado las heridas o caído sobre el arma.
Cuando la policía llegó al lugar, no detectó signos de ingreso forzado ni rastros de pelea, por lo que el caso fue tratado como un suicidio desde el inicio. Esa decisión resultó determinante: la unidad de homicidios no tomó control de la escena.
Autopsia y controversia
El médico forense Marlon Osbourne practicó la autopsia al día siguiente y en un primer momento concluyó que se trataba de un homicidio.
Sin embargo, poco después cambió el dictamen a suicidio, argumentando la ausencia de evidencia de lucha y de ingreso externo al domicilio.
Este cambio encendió la disputa legal que hasta hoy mantiene a la familia de Greenberg enfrentada con las autoridades. Los padres de la joven sostienen que su hija fue asesinada y que la investigación fue negligente al descartar otras posibilidades.
“Resulta imposible aceptar que alguien pueda apuñalarse diez veces en la nuca y diez más en otras partes del cuerpo para luego ser catalogado como un suicidio”, han señalado en reiteradas oportunidades los familiares, quienes insisten en que las pruebas nunca se revisaron con el rigor necesario.
Nuevo giro
El caso sumó un capítulo decisivo en febrero de 2025, cuando el propio Osbourne (quien firmó la autopsia original) envió una carta retractándose de su conclusión inicial. En ella reconoció que ya no estaba convencido de que Greenberg se hubiera quitado la vida.
Este pronunciamiento reavivó la polémica y dio nuevo impulso a la lucha de la familia, que busca que se reabra la investigación bajo la figura de homicidio.
Mientras tanto, el caso sigue siendo un símbolo de las fallas y cuestionamientos que persiguen a la medicina forense en Estados Unidos.
Catorce años después, la muerte de Ellen Greenberg continúa siendo un misterio que expone las tensiones entre la búsqueda de justicia, los errores investigativos y el dolor de una familia. Pero estos nuevos giros abren la puerta a nuevas aristas a tratar.

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