Se abre el testamento de Giorgio Armani: así se repartirá su fortuna de US$14 mil millones

El testamento de Giorgio Armani, fallecido la semana pasada a los 91 años, fue abierto en una notaría de Milán tras su funeral y activa la sucesión de un imperio estimado en 14.000 millones de dólares. Son dos documentos manuscritos, fechados el 15 de marzo de 2025 y pocos días después, cuyo contenido exacto no se ha divulgado pero que ordenan el traspaso de sus bienes y el control de su grupo.

Sin herederos forzosos, Armani dispuso libremente de su patrimonio: obras de arte, propiedades, yates, una participación en EssilorLuxottica, el club Olimpia Milano y, sobre todo, el 99,9% de Giorgio Armani S.p.A. Todo apunta a que la Fundación Giorgio Armani —creada en 2016 para preservar su legado y asegurar la independencia de la casa— asumirá el mando operativo y de gobierno.

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La compañía cerró 2024 con ingresos de 2.300 millones de euros y mantuvo un plan de inversión robusto (332 millones, el doble que en 2023). Gestiona 8.700 empleados, 650 tiendas, además de hoteles, restaurantes y clubes, incluida la histórica Capannina de Forte dei Marmi. Fiel a su estilo, Armani deja una empresa saneada, prudente en deuda y con crecimiento sostenido.

En la gobernanza de la Fundación figuran Pantaleo Dell’Orco (su mano derecha y compañero de vida), su sobrino Luca Camerana y Irving Bellotti (Rothschild Italia). Los testamentos formalizan ahora la transición y encajan con unos estatutos que ya preveían el resguardo de la marca mediante distintas clases de acciones con iguales derechos patrimoniales, pero reglas de voto y gobierno específicas.

Apenas celebrados los 50 años de la firma, el diseñador consuma así un raro equilibrio: asegurar continuidad creativa y control independiente en un sector dominado por conglomerados. Con la sucesión definida y la tutela de la Fundación, el grupo parece preparado para una nueva etapa sin perder la identidad que lo convirtió en sinónimo de elegancia italiana.