Toromiro: El arbusto nativo de Rapa Nui que se encuentra extinto en la naturaleza y que el Jardín Botánico de Viña del Mar intentaba preservar
Descubierto entre 1772 y 1775 y extinto en su hábitat natural desde 1960, luego de ser arrancado del volcán Rano Kau.
Durante el pasado sábado, el Jardín Botánico de Viña del Mar ardió incesantemente a causa de los incendios que afectaron varios sectores de la región de Valparaíso, marcando una tragedia que ha cobrado la vida de 112 personas, incluyendo las cuatro que perdieron la vida al interior de este pulmón verde.
El devastador siniestro consumió casi la totalidad del Jardín, salvando solo dos hectáreas de las más de 400 hectáreas que fueron consumidas por las llamas. En su interior, se encontraban más de mil especies, ya que una de las funciones que allí se desarrollaban era la conservación de la biodiversidad nativa.
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“Tenían Toromiros, que es una especie endémica de Rapa Nui, pero que está extinta en la naturaleza. Solo hay algunas especies en el continente en lugares de conservación y uno de los pocos era el Jardín Botánico”, señaló a Las Últimas Noticias el doctor en Ciencias Biológicas del área Botánica, Cristian Atala.
El Dr. se refiere al Sophora Toromiro, un arbusto endémico de Rapa Nui, extinto en su hábitat natural desde 1960. Descubierto entre 1772 y 1775 en la Isla de Pascua. Su último ejemplar silvestre fue cortado en el interior del volcán Rano Kau.
Su resistente madera, sus frondosas hojas y su llamativa flor amarilla lo hacían único, pero la colonización y la introducción del ganado llevaron a su extinción. Aunque el último ejemplar dejó sus descendientes.
Seis descendientes del último árbol arrancado desde el volcán han sido preservados fuera de Rapa Nui. Era el Jardín Botánico de Viña del Mar, el que intentaba preservar esta extinta especie. De igual forma, el toromiro se encuentra en dos lugares más del planeta: el Jardín Botánico de Gotemburgo de Suecia y el Jardín Botánico de Bonn en Alemania.
Sin embargo, el último ejemplar de Toromiro del Rano Kau, presenta una variabilidad genética demasiado baja, por lo que la posible pérdida del ejemplar del Jardín Botánico de Viña del Mar sería un gigantesco golpe a la preservación del histórico arbusto.