Cambio de hora: cómo enfrentar la modificación y evitar sus principales efectos en el organismo
Este sábado los relojes de gran parte del territorio nacional deberán adelantarse en 60 minutos. Una modificación que puede tener efectos en la salud.
El próximo mes de septiembre el territorio nacional tendrá un nuevo cambio de hora, donde gran parte de Chile deberá adelantar en 60 minutos sus relojes. De tal manera, el sábado 2 iniciará el horario de verano. Y si inicialmente serán las 00:00 horas, los aparatos deberán cambiar y marcar las 01:00 del domingo 3.
Y más allá de las rutinas o de la presencia del sol a lo largo de las jornadas, aquella modificación también afecta a las personas. De hecho, la evidencia científica apunta a que lo ideal sería no hacer este tipo de modificaciones. Todo para no afectar al organismo.
Ahora bien, existen una serie de recomendaciones por parte de expertos para paliar el proceso. “Debiésemos tratar de exponernos a la mayor cantidad de luz natural en las primeras horas de la mañana para dar señales inequívocas a nuestro cuerpo de mantenerse despierto», recomienda el Dr. Luis Larrondo, director del Instituto Milenio de Biología Integrativa (iBio).
Claro que también, se debería dar prioridad a la actividad física en exteriores y a otro de los puntos principales: evitar el uso de aparatos digitales con pantallas que emiten luz azul antes de dormir. Esto último, para no retrasar la capacidad de conciliar el sueño y así evitar amanecer cansados la mañana siguiente”, acota Larrondo.
El Cambio de hora y el reloj biológico
De tal forma se podrían evitar episodios de irritabilidad, ansiedad o derechamente bajas en la productividad durante las jornadas laborales posteriores. Lo ideal sería evitar la irregularidad en los ciclos circadianos o el llamado «reloj biológico». Un cambio que puede devenir en cuadros de depresión u otros problemas fisiológicos.
El desfase apunta a algo en particular: existirá más luz en las tardes y menos luz a la hora de levantarse. Aquello también tiene consecuencias inmediatas como un “mayor riesgo de accidentes vasculares e incremento de accidentes de tránsito, hasta fatiga (…) especialmente durante las primeras semanas”, señala el experto.
Todo llega luego de que varias voces entendidas postularan que el horario de invierno sí coincide más con el «reloj biológico» y se trataría de una estructura de jornada más adecuada para el ser humano.
En abril, Carolina Aguirre, directora del Centro del Sueño de la Red de Salud UC, dijo a Tu Nuevo ADN que lo mejor e ideal para enfrentarse a este tipo de cambios radica en un punto. «Comenzar a producir un desfase de manera progresiva. Que no sea de una cosa de un día para otro cambiar todo”, mencionó sobre la preparación.