Vecina de bodegas incendiadas en Macul: «Le pedimos al Gobierno que saque esas fábricas»

La voz de Teresa Sacramento (54) es frágil. Su preocupación ya no es tanto por las llamas, sino por el agua. Vive hace 23 años en una casa aledaña a las bodegas de la empresa ANTE, que este  lunes se incendiaron en calle Maratón, en la comuna de Macul. Para apagar las llamas, los cerca de 350 voluntarios de bomberos tuvieron que mojar el inmueble que ella y otras cinco personas más habitan.

«Estaba muy nerviosa. Como estaba todo mojado, tuvimos que secar», se apresura a resumir Teresa sobre estas horas preocupantes. Y en cuanto las llamas crecían y el humo se tomaba el lugar, llegaban a ella recuerdos de hace dos años: «La casa de al lado se incendió. Perdimos muchas cosas que teníamos guardadas». Ese era el antecedente que tenía, como si el fuego estuviera más presente de lo que quisiera.

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Alex Miller, tercer comandante del cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, resumió parte de los trabajos que hicieron: «Al llegar los carros había un fuego muy violento y generalizado en una bodega de gran envergadura. Tuvimos propagación hacia una bodega colindante, pero ya tenemos el fuego circunscrito. Hicimos una evacuación en las casas posteriores por la gran cantidad de fuego que había. Estas bodegas que acopian mucho material inflamable generan una gran cantidad de calor, entonces en las casas de los vecinos se sentía mucha irradiación de calor, por precaución las evacuamos. No tenemos ninguna casa afectada de algún vecino», señaló durante el lunes.

En el transcurso del combate al fuego, Teresa supo también de la persona encontrada sin vida en el mismo incendio. No conoce detalles, pero tiene alguna idea: «Para nosotros parece que es extranjero. Hay muchos que están trabajando para este lado», dice.

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Una de las primeras instituciones en ofrecer colaboración para los vecinos afectados por el incendio fue el municipio de Macul: «Fue el único que vino, dijo que iban a ayudar, pero que por ahora no tenían el material», contó Sacramento. Pero sus dardos apuntan más allá: «Le pedimos al gobierno que saque esas fábricas. La de acá al lado está hace tres años, pusieron un mall chino. Y al lado es de neumático», contó sobre los peligros del lugar.

La Seremi de Salud de la Región Metropolitana desplegó una Unidad de Gestión Integral en el lugar. Sin embargo, con el cielo de su casa aún abierto y las nubes pintando de gris la capital, el miedo de Teresa es hacia arriba: «Imagínese si ahora llueve. Se nos moja todo».