Copa América: por qué Estados Unidos podría organizar con rapidez el campeonato
La Copa América podría volver a tener al país norteamericano como organizador, tal como en 2016 cuando Chile ganó la edición bautizada como del "Centenario".
Caídos primero Colombia (por su crisis sociopolítica) y ahora Argentina (por culpa de la pandemia de coronavirus) como sedes de la Copa América, la Conmebol busca una solución.
Y debe hacerlo con urgencia, pues los compromisos comerciales mandan al momento de determinar qué pasará con el torneo.
Incluso obviando las voces que piden posponer de nuevo el certamen, en la Conmebol buscan salvarlo cómo sea.
Por eso de la reunión telemática de este lunes 31 de mayo de los regentes del fútbol sudamericano tendría que salir un nombre o nombres de reemplazantes.
Se habla de Chile, Paraguay y Ecuador. Pero desde hace varias semanas el país que asoma con fuerza para recibir al torneo es Estados Unidos.
Y son varias las razones que afirman tal tesis.
La nueva Copa América estadounidense
Primero, está el deseo de la Conmebol de contar con público en los estadios, algo que en Sudamérica todavía no se da.
Pero en el país norteamericano ya se permiten espectadores en el básquetbol de la NBA, el béisbol de la MLB y el fútbol de la MLS.
También se supo que la empresa japonesa de publicidad y relaciones públicas Dentsu, que tiene los derechos comerciales de la Copa América, ya sugirió a Estados Unidos como sede.
Además, las fechas originales de la Copa América (13 de junio al 10 de julio) no chocan por completo con la Copa de Oro de la Concacaf, con sede en Estados Unidos (10 de julio al 1 de agosto).
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Habría por ahora superposición entre la final del torneo sudamericano de selecciones y el inicio de la Copa de Oro, pero alguna de las partes tendría que ceder.
Y ni hablar de la capacidad hotelera, de estadios y de campos de entrenamiento que Estados Unidos puede ofrecer.
Aparte, en 2016 Estados Unidos ya hizo una Copa América, la del «Centenario» que Chile ganó tras vencer en la final a Argentina.
Tal experiencia que convirtió a la «Roja» en bicampeona pesa al sopesar la chance de una nueva Copa América estadounidense.
