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Mario «El Gato» Osbén: «No creo que salga otro arquero como Claudio Bravo»

Un infarto al miocardio en 2013 mantiene al exarquero mundialista siempre alerta y preocupado de su salud. En sus días de confinamiento no mandó ninguna pelota al córner y, además de llenar de elogios al portero del Manchester City, confesó con qué equipo se identificó más en su carrera. Una entrevista cargada de nostalgia luego de varios años de silencio.

Mario "Gato" Osbén

Mario "Gato" Osbén

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Por Nacho Abarca

El nombre de Mario Osbén (69) está enmarcado en la galería de las grandes leyendas del fútbol chileno. El famoso “Gato”, arquero ágil, de rápidos reflejos, seguro de manos, elegante y sobrio dejó huella en cada uno de los equipos que defendió a lo largo de su carrera.

En la Roja fue un indiscutido: jugó 36 partidos entre 1979 y 1988. Inolvidable fue su campaña en las eliminatorias para el Mundial de España 82 donde entregó su valla invicta y se consolidó como uno de los mejores arqueros del continente.

No muy amigo de la tecnología, al punto que no tiene ni teléfono móvil, accedió a conversar con ADN pese a que no le gustan las entrevistas y cultiva el bajo perfil.

ADN: No sabe lo que costó dar con usted, Mario.
Mario Osbén: Lo sé. Supe que me rastreó por varios lados (ríe) y, finalmente, Mario, uno de mis hijos, fue quien me convenció a que accediera a darle la entrevista, pero no es de pesado ni nada, solo que llevo tanto tiempo retirado que siento que ya uno no está para estas cosas. Ni celular tengo, me basta estar comunicado con mis hermosos cuatro hijos y al lado de mi señora con la que llevamos 49 años juntos.

¿Cómo está sobre llevando la cuarentena?
Con mucha rigurosidad. Soy cardiópata, tengo hipertensión, entonces hay que cuidarse porque el virus nos puede afectar mucho más que a cualquier persona normal. Así que estoy acá, encerradito en la casa, cumpliendo con todas las órdenes.

¿En los tiempos muertos con qué actividades se entretiene?
Ahora que no hay fútbol no tengo mucho panorama, me entretengo más que nada en el jardín, viendo las plantas, regando. No soy de ver series, porque me aburre que sean tan largas (ríe) y ya cuando empieza a oscurecer me hago del control remoto solo para ver noticias. No tengo programas favoritos.

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¿Veía los partidos del campeonato chileno?
Sí, de todas maneras, a pesar que en los últimos años es más de lo mismo con Católica manteniendo un gran rendimiento, con un Colo Colo que no despega y con la «U» que sobrevive. También soy seguidor de la Unión y el Cobreloa del «Fantasma» Figueroa que fue mi compañero.

Nombró tres equipos que marcaron su carrera. La Unión, Colo Colo y Cobreloa, ¿tiene alguna identificación mayor con alguno?
Para mí Unión representa algo especial porque me llevó a Santiago. Yo jugaba en Deportes Concepción y me contrata en esa época Abel Alonso. Era todo nuevo para uno que venía de provincia. Jugar la Copa Libertadores, de ahí la selección. Aparte que esa Unión de 1975 hasta 1980 era espectacular, un equipazo, tenía un plantel generoso, prácticamente una oncena para jugar la copa y otra para el torneo nacional, súmele una calidad de dirigentes de primer nivel.

¿Y sus pasos por Colo Colo y Cobreloa qué le dejaron?
Unión me vendió a Colo Colo en 1980 donde pasé seis temporadas inolvidables. Una tremenda institución. Imagínate el hecho de jugar a estadio lleno en cualquier parte de Chile, los títulos, la gente, son situaciones que quedan en eternamente en la memoria. Después, con la llegada de Roberto Rojas, fui vendido a Cobreloa como parte del traspaso del «Pájaro» Rubio al Cacique. Eramos dos arqueros de categoría y ambos necesitábamos jugar. En Cobreloa gané dos títulos y también fui muy feliz.

ADN

Mario «Gato» Osbén en Colo Colo

¿Siente que las selecciones que integró eran muy distintas a la denominada “generación dorada”?
Si nosotros hubiésemos jugado en esta época lo más probable que todos estaríamos actuando fuera Chile. Recuerda que tuvimos una selección espectacular con el “Guatón” Santibáñez que fue finalista de América en 1979 y que, más tarde, clasificó a Chile al Mundial de España invicta y sin goles en contra. Pero claro, la gran diferencia radica en que la Roja actual ganó títulos cosa que nosotros, lamentablemente, no pudimos lograr.

Para las nuevas generaciones, ¿cómo era el “Gato” Osbén atajando?
Era un arquero liviano, seguro y con unos reflejos que, quizás, fueron mi mayor cualidad. Tampoco fui un gran trabajador porque mis condiciones no daban para estar metido debajo de los tres palos. En esa época no teníamos preparador de arqueros como los chicos de hoy. Nos formamos a punta de goles. Para esos tiempos llegar a ser lo que la gente dice que fui me parece que fue un gran mérito y me hace quedar tranquilo y conforme con mi carrera. Logré lo quería. No pasé inadvertido.

¿Algún arquero de hoy que le guste y con quién se identifique?
Pasa que la forma de jugar que teníamos nosotros es muy distinta a la de los arqueros de ahora, pero si tengo que elegir me gusta mucho Ter Stegen del Barcelona y, por otra parte, nunca me deja de sorprender Claudio Bravo, un portero tremendamente completo, técnicamente muy dotado. No creo que salga otro igual acá en Chile.

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