Encuesta Voces Docentes: retorno a la presencialidad sube horas no lectivas de trabajo de 9,2 a 11,2 semanales
Constanza Gómez, investigadora de Elige Educar, conversó en el Ciudadano ADN sobre la realidad actual de los profesores y profesoras en el país: parte de la sobrecarga laboral está dirigida a enfrentar la violencia escolar.

Violencia escolar - causante de los problemas entre los alumnos en un colegio - clases
Constanza Gómez, de Elige Educar, por las exigentes horas de trabajo de los profesores - Ciudadano ADN - 20 de junio de 2022
20:59
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ste lunes, Elige Educar, en conjunto al Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica y GfK, publicaron los resultados del estudio «Voces Docentes V», encuesta que apuntó a mostrar la realidad laboral de los profesores y profesoras del país. Sobre ello conversó Constanza Gómez, investigadora de Elige Educar, la mañana de este lunes en el Ciudadano ADN.
Para entender la importancia de la labor de los profesores, según los datos de Elige Educar, Gómez contó: «Por un profesor pasan aproximadamente 5 mil estudiantes, que son 5 mil vidas, 5 mil sueños, y sabemos que han tenido un tiempo difícil últimamente los y las docentes: por la pandemia tuvieron que adaptarse a una educación virtual, remota. Luego, la vuelta a la presencialidad ha planteado desafíos y eso es lo que hemos venido a ilustrar esta encuesta, ‘Voces docentes’, que venimos efectuando desde el año 2015 en Elige Educar, que muestra aspectos negativos como positivos».
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En esos aspectos positivos, hay una autovaloración importante de los profesores: «Casi un 100% de los profesores cree que su trabajo es valorado por la sociedad. O sea, creen que hacen un aporte a la sociedad. Lo que es muy importante, hay una autovaloración y la ciudadanía está valorando más que nunca la labor docente».
Parte de esa percepción, a juicio de la investigadora, estuvo en la apertura de las aulas a las casas y la visibilización del trabajo que hacen.
Lo malo: las excesivas horas no lectivas y no remuneradas dedicadas a labores administrativas, de planificación, etc.
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«Un profesor en promedio trabajaba 9,2 horas extras semanales en su casa, y en la última medición aumento a 11,2 horas. Ahí hay un desafío importante. En general, estas horas extras son ocupadas en tareas como horas no lectivas (…) El profesor tiene las horas lectivas, que son las que están frente al aula, haciendo clases; y las no lectivas son las que dedica a tareas complementarias, como evaluación, planificación de clases, etc. La idea es que estas horas sean dedicadas exclusivamente para estas tareas. Sin embargo, hemos visto que a veces se utilizan para otras cosas: tareas administrativas, burocráticas, que quitan mucho tiempo, y finalmente terminan haciendo esto en horas no remuneradas, extras», contó Gómez.
Desde 2017, cuando se implementó la Ley de Carrera Docente, la proporción de horas no lectivas permitió la disminución de horas extra. Pero desde 2019, con el estallido y la pandemia, la situación cambión.
«Hay que mirarlo con perspectiva: un estallido social, una pandemia donde se generaron brechas de aprendizaje, donde aumentó la carga laboral y los profesores tuvieron que ingeniársela para entregarles la información a los estudiantes. Efectivamente arrastramos un problema de sobrecarga. En mayo de 2020 un 20% de los profesores reportaba estar estresado; en septiembre fue un 80%. Y la vuelta a la presencialidad no ha estado exenta de esta sobrecarga, porque han tenido que dedicar tiempo a contención emocional, a reactivación de vínculos entre estudiantes, a nivelación de aprendizajes», desglosó la investigadora.
Violencia escolar
Uno de los temas que ha marcado el regreso a la presencialidad ha sido la violencia escolar. Fue también uno de los temas consultados en la encuesta: «Preguntamos si tenían herramientas y había apoyo del equipo y dijeron que había intención. Sin embargo, eso no quitaba que hubiera sobrecarga laboral».
«Durante la pandemia hubo retrocesos en habilidades sociales de los estudiantes: autoregulación, relacionarse con otras personas y como consecuencia, tienen síntomas de agresividad. Sin embargo, creemos que existen las herramientas y una intención de poder solucionar que estamos en una crisis en este momento», complementó Gómez.
Entonces existe un apoyo, pero en las circunstancias actuales se vuelve un imperativo la salud mental, tanto de los profesores como de los estudiantes. «Promover el autocuidado, fomentar la contención grupal, activar la red de apoyo confiables y confidenciales. Y además de entregar herramientas a los equipos directivos para apoyar a la planta docente», apuntó.
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