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Piano en fase 2: Vitacura prosigue sus conciertos con público

El pianista Andrés Maupoint se presentó con gran éxito en Casas de Lo Matta, como parte del ciclo veraniego que ha traído de vuelta la música en vivo.

Piano en fase 2: Vitacura prosigue sus conciertos con público

Mientras el anuncio del Gobierno que pretende eliminar la música de bares y restaurantes multiplicó la indignación de los artistas por la falta de apoyo que han tenido durante la pandemia, por la otra cara de la moneda se realizó un recital de piano en Vitacura, parte del ciclo veraniego que la Corporación Cultural de esta comuna presenta en Casas de Lo Matta.

Con todas las medidas sanitarias necesarias, incluyendo distanciamiento y un aforo acotadísimo, la iniciativa de la comuna del sector oriente se transforma en una de las escasas instancias en que se puede experimentar la música en vivo. El show debe continuar, mientras sea posible de acuerdo a las medidas oficiales por el bien de todos.

Andrés Maupoint es más reconocido en el medio local como compositor, pero es poseedor de una técnica pianística ajustada, nutrida por una mente que entiende a cabalidad la construcción de una pieza musical. Por esto mismo hubiese sido más que bienvenida la inclusión de algún título de su autoría, lo que no le resta méritos a que el programa ofrecido, predominantemente francés, fuese equilibrado, y “ad hoc” al contexto de aire libre, vía obras inspiradas en la naturaleza.

Una selección de tres de los «Gnossiennes» de Erik Satie fijaría el cuadro atmosférico del encuentro, en que lo introspectivo se funde con lo dramático; y lo natural (entiéndase sonidos del ambiente: aves, transporte público e incluso avionetas), se acopla al artificio del piano, en tanto construcción de la mano humana.

La compositora francesa Cécile Chaminade, que vivió entre 1857 y 1944, ha sido con mucha justicia revalorada en los últimos años. Se trata de música muy honesta, de marcado bagaje romántico, y una sensibilidad exquisita aplicada al piano, instrumento que por cierto ella cultivaba. Al escuchar su «Otoño» uno se pregunta porque esta, y otras de su autoría, no son parte del canon pianístico más establecido desde hace un tiempo más largo. Seguro que en este siglo sí lo serán.

De Claude Debussy, uno de los padres del modernismo musical, Maupoint presentó cuatro de sus preludios, minuciosamente armados, y aunando de la mejor manera el color con una expresión profunda, desde las tripas. De esta cuaterna, el punto cúlmine fue la magnífica «Catedral Sumergida», que el pianista trató como si fuese una obra propia. La veintena de presentes se manifestó con sonoros aplausos.

El virtuosismo y la riqueza musical de Franz Liszt otorgaron la gran ofrenda final a través de la contundente Leyenda No.2 («San Francisco de Paul caminando sobre las olas»). La apasionante interpretación nos recordó cuánto echamos de menos los recitales de piano, por no decir los conciertos en general. Hubo espacio para un bis, y Maupoint volvió a convencernos del valor de Chaminade, a través de un «Arabesco», melodioso, a la vez que consolador.

El ciclo continúa el martes 19 (Cuarteto Novo, cuerdas), y el martes 26 (Dúo Alma, arpa y percusiones), e igualmente se transmiten vía streaming en www.lomatta.cl

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