Sin humo ni colillas: así es el innovador modelo sueco que ha logrado bajar la incidencia del cáncer en 41%
Suecia se ha convertido en un ejemplo en la reducción de consumo de cigarrillos, a cambio de la incorporación de nuevos productos ¿La clave? Cambio de hábitos.

Sin humo ni colillas: así es el innovador modelo sueco que ha logrado bajar la incidencia del cáncer en 41% / NurPhoto
Suecia es una sociedad que tiene por costumbre salir a los pubs, a eso de las 5 de la tarde, luego de su jornada laboral. Las personas aprovechan al máximo las horas de luz para caminar frente al Mar Báltico y hacer vida social en algún bar o conversando por las calles del famoso casco antiguo de la ciudad, Gamla Stan. Ninguna de ellas fuma. Y en ningún rincón del centro hay colillas tiradas en el piso.
Esto no solo es un tema de buena convivencia o para mantener la limpieza de la ciudad. Suecia es la protagonista, no solo en Europa sino que a nivel mundial, de una política pública que ha logrado reducir sus tasas de consumo de tabaco a solo el 5,3% de la población, según la Agencia Sueca de Salud Pública.
El modelo, que mantiene al país muy debajo del promedio de 24% de tabaquismo, es mirado con atención, pues está muy cerca de llegar al objetivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de llegar al año 2040 a menos de 5% de fumadores diarios. En otras palabras, el país escandinavo se aproxima a pasos agigantados a ser declarado “libre de humo”.
Los resultados del país dan cuenta que la incidencia de cáncer es 41% menor que los demás países de la Unión Europea y la tasa de mortalidad, 39,6% inferior si se compara con el promedio del continente.
¿Cómo se produjo esa baja?
Hay varias medidas que se han tomado hace más de 40 años en el país: legislación y campañas antitabaco, que consisten en prohibir los avisos publicitarios, aumentar la regulación fiscal, reforzar los límites de edad y promover los espacios libres de humo, sin distinción entre exteriores e interiores.
Esto ha supuesto un desafío para la industria, que en los últimos años ha desarrollado nuevos productos y dispositivos que tienen como objetivo reducir la emisión de humo y con ello, la prevalencia de enfermedades y la mortalidad.
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En las tiendas de conveniencia repartidas por el centro de Estocolmo es posible encontrar una amplia gama del denominado “snus”, un producto que contiene nicotina en pequeñas cantidades, una especie de almohadilla (muy parecida a las bolsitas de té pero aproximadamente a un décimo de su tamaño), que no necesita combustión y que se pone la encía y la cara interior del labio.
“Podemos comunicar la historia de Suecia al resto del mundo”, comienza diciendo el doctor Delon Human, presidente y director ejecutivo de Health Diplomats, un grupo consultor especializado en salud, nutrición y bienestar y ex asesor de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Aunque el especialista reconoce que la nicotina es adictiva, resalta que estos dispositivos no producen humo (y sus consecuencias nocivas para la salud).
“Tomó un largo tiempo desarrollar social y culturalmente este tema en Suecia y lograr resultados concretos en reducción de mortalidad. Los productos libres de humo se hicieron accesibles, asequibles y disponibles, para que las personas puedan elegir distintos dispositivos. Se inicia así una reducción de la mortalidad y la enfermedad”, apunta el experto en conversación con ADN en Estocolmo.
Esto va de la mano con impuestos más altos a productos de tabaco y nicotina, conforme el nivel del daño que pueden producir. Los cigarrillos tienen el gravamen más alto: un paquete de 20 unidades tiene precio al público de unas 60 coronas suecas, aproximadamente $6.000, de los cuales el equivalente a $3.700, es decir, alrededor del 62% del precio de la cajetilla, son impuestos. En cambio, las bolsitas de nicotina tienen un gravamen del 7%.
Puerta de salida, jamás de entrada
Los especialistas comentan que este producto no debe ser visto como un primer acercamiento para el consumo de tabaco. “Sigo la evidencia como científico y como médico, esto no es una puerta de entrada para fumar, sino más bien una puerta de salida, para quienes fuman y quieren dejar de fumar”, aclara el doctor Human, quien agrega que se debe establecer una normativa contundente en torno a su publicidad y a las restricciones para su uso en adolescentes, pues no está diseñado para ellos.
La toxicóloga brasileña Ingrid Dragan Taricano sugiere a la comunidad científica internacional estudiar el caso sueco. “Tenemos un largo paso en dirección a la seguridad del consumo de nicotina, empezamos esto pero en la próxima década, hay que mejorar lo que tenemos, muchos países ya lo tiene regulado y tienen investigaciones sobre esto”, explicó la especialista.
“Sabemos que es muy bueno y una solución para personas dependientes de nicotina, no para quienes van a empezar, sino para el que depende de ella, para cambiar algo que le hace mal, que es el cigarrillo a combustión”, puntualizó.
La visión de la industria
Conscientes del cambio de tendencia, en la industria están impulsando la investigación de nuevos productos y se ponen como objetivo convertirse al año 2035 en un negocio “predominantemente sin humo”.
“Reconocemos que el tabaco genera perjuicios”, parte diciendo Juan José Marco, director general para España y Portugal de la British American Tobacco (BAT), en diálogo con ADN. “Es un poco difícil saber lo que ocurrirá en el futuro, pero indudablemente se seguirá la línea de evitar la combustión”, remarca.

Andrés Huerta
Para el ejecutivo, el mayor desafío para los países de Latinoamérica es “conocer la evidencia científica detrás de estas categorías, ser conscientes que al tener ausencia de combustión tienen un perfil de riesgo muy inferior al tabaco tradicional”.
En ese contexto, la compañía impulsó la plataforma científica Omni, que tiene por objetivo comunicar e informar los progresos en el cometido de reducir la emisión y el consumo de productos de combustión, haciendo hincapié en la reducción del daño como estrategia global contra el tabaquismo.
Lo que se busca es ayudar a quienes desean salir del cigarrillo, pero no atraer a los jóvenes a estos nuevos productos. Ante esto llamó a los países a establecer marcos normativos antes que actores desconocidos ingresen a los mercados: “la ausencia de regulación abre la puerta a otros fabricantes que no tienen el mismo nivel de responsabilidad, como cerrar la puerta a menores”, explicó Juan José Marco.
El panorama en Chile
Las cifras más recientes sitúan la prevalencia de fumadores diarios en el 20,9% de los mayores de 15 años, según números recogidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2023, que a su vez citaron el Estudio Nacional de Drogas en Población General de Chile del año 2022.
Pero un problema mayor supone la comercialización de cigarrillos de contrabando, sin la posibilidad de trazar su origen, sus componentes y que además generan un daño al fisco por la evasión de impuestos.
Según la más reciente encuesta de consumo de tabaco y comercio ilícito realizada por el Centro de Medición MIDE UC, el 83% de los fumadores accede sin dificultades a cigarrillos de contrabando, mientras que casi el 52% del mercado está concentrado en el producto ilegal que, por ende, no paga impuestos y genera millonarias pérdidas fiscales.
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