“El gendarme equivocado”: Cámaras de seguridad evitan que funcionario sea sancionado por droga que portaba un colega
Inicialmente se acusó a un funcionario, pero la revisión de videos exigida por la Fiscalía demostró que el responsable era otro uniformado, quien finalmente fue apartado de sus funciones.

Agencia Uno Referencial / Maribel Fornerod
El informe de la Contraloría expuso una situación insólita ocurrida el 7 de enero de 2025 en el Centro de Cumplimiento Penitenciario Colina II. Durante una revisión de rutina, se detectó el hallazgo de 1,1 gramos de cannabis sativa, hecho que fue registrado mediante el formulario de cadena de custodia correspondiente. Sin embargo, al momento de la auditoría en mayo de ese año, el ente fiscalizador advirtió que no se había iniciado ningún proceso disciplinario contra el funcionario identificado inicialmente en el parte de denuncia.
La falta de sanción inmediata tenía una explicación que reveló fallas en la identificación presencial dentro del recinto. Gendarmería explicó que, tras la instrucción de la Fiscalía de Chacabuco de revisar las grabaciones del Circuito Cerrado de Televisión (CCTV), se descubrió un error fundamental: el funcionario que aparecía en las imágenes portando la sustancia ilícita no correspondía al denunciado originalmente, sino a otro gendarme con un RUT diferente.
Esta rectificación, posible únicamente gracias al registro visual, cambió el curso de la investigación interna. Las nuevas indagatorias permitieron exculpar al primer acusado y dirigir las acciones contra el verdadero responsable del ingreso de la droga. Como consecuencia de la “nueva versión e interpretación de los hechos” arrojada por las cámaras, la institución penitenciaria procedió a aplicar la medida de retiro temporal del verdadero implicado mediante una resolución exenta emitida en marzo de 2025.
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El incidente dejó en evidencia la necesidad crítica de fortalecer la vigilancia tecnológica en zonas sensibles. A raíz de este “cambio de identidad” forzado por la evidencia visual, Gendarmería solicitó al Departamento de Tecnovigilancia la instalación de más cámaras de seguridad en los sectores donde se resguardan sustancias ilícitas en Colina II, reconociendo implícitamente que la supervisión humana directa puede inducir a errores graves en la imputación de delitos.
Finalmente, aunque la Contraloría levantó la observación específica tras comprobarse la sanción al verdadero culpable, el caso permanece como un ejemplo de las debilidades procedimentales en el manejo de hallazgos de droga. El episodio subraya cómo un error en la cadena de denuncia inicial pudo haber dejado impune una infracción a la Ley de Drogas o, peor aún, haber sancionado a un funcionario inocente por la falta de prolijidad en el control interno.
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