Las 3 enfermedades a las que se exponen niños y adolescentes que usan celular, explica reputado psiquiatra
Investigadores en EE. UU. han descubierto que tener un teléfono a los 12 años estaba asociado a tres enfermades en concreto.
Las 3 enfermedades a las que se exponen niños y adolescentes que usan celular, explica reputado psiquiatra / Malte Mueller
El debate sobre cuándo entregar el primer teléfono inteligente a un niño suma un nuevo y preocupante capítulo. Investigadores en Estados Unidos han revelado hallazgos que hacen la lectura incómoda para muchos padres: tener un smartphone a los 12 años está directamente asociado con mayores riesgos para la salud física y mental.
El estudio, publicado en la revista Pediatrics, analizó datos de 10.588 jóvenes como parte de un seguimiento continuo sobre el desarrollo del cerebro adolescente. La “instantánea” tomada a los 12 años es reveladora.
Las cifras de la alerta
Aunque el iPhone tiene menos de 20 años y esta generación es nativa digital, los efectos recién se están comprendiendo con claridad. Al comparar a niños de la misma edad y nivel socioeconómico, aquellos que SÍ tenían teléfono mostraron diferencias significativas frente a los que no:
- 🔴 Depresión: El 6,5% de los niños con celular tenía un diagnóstico de depresión, frente al 4,5% de quienes no tenían dispositivo.
- 🔴 Obesidad: La cifra sube al 18% en usuarios de smartphones, comparado con un 12% en los niños libres de pantallas móviles.
- 🔴 Sueño: El dato más alarmante. El 47% de los niños con teléfono dormía menos de 9 horas (insuficiente para su edad), frente al 31% de sus pares sin celular.
Ran Barzilay, psiquiatra de niños y adolescentes del Hospital de Niños de Filadelfia, es claro al respecto:
“Nuestros hallazgos sugieren que deberíamos considerar los teléfonos inteligentes como un factor importante en la salud de los adolescentes, abordando la decisión de darle un teléfono a un niño con cuidado”, explica.
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El efecto a los 13 años
El estudio no se detuvo ahí. Al observar la transición hacia los 13 años, los investigadores notaron que quienes adquirieron un teléfono en ese periodo eran más propensos a reportar problemas de salud mental y falta de sueño al año siguiente. Curiosamente, el riesgo de obesidad no mostró cambios notables en ese lapso corto de tiempo.
¿Causa o consecuencia?
Los expertos piden mirar los datos con matices. Al ser un estudio observacional, no se puede establecer una causalidad única. Por ejemplo, es posible que algunos niños ya tuvieran depresión antes de recibir el teléfono, o que los padres entreguen celulares por razones de seguridad, viendo el dispositivo como una necesidad.
“Para muchos adolescentes, los teléfonos pueden desempeñar un papel constructivo al fortalecer conexiones sociales”, admite Barzilay. Sin embargo, la coincidencia con lo que ya se sabe sobre el impacto en adultos (estrés, distracción y agotamiento) es innegable.
La recomendación final
Mientras se investiga más a fondo cómo el tipo de apps y el tiempo de pantalla influyen en estos resultados, la recomendación inmediata para los padres es fomentar la desconexión.
“Es fundamental que los jóvenes tengan tiempo lejos de sus teléfonos para realizar actividad física”, concluye el estudio. Esta simple medida podría ser el factor protector clave contra la obesidad y el deterioro de la salud mental a largo plazo.