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“La clave está en...”: neuróloga entrega truco para cuando los pensamientos se atrapan en un “bucle sin salida”

¿Sobrepiensas? Vanessa Benjumea explica cómo poder superar esos momentos en que no controlamos lo que pasa dentro de nuestras cabezas.

“La clave está en...”: neuróloga entrega  truco para cuando los pensamientos se atrapan en un “bucle sin salida”

“La clave está en...”: neuróloga entrega truco para cuando los pensamientos se atrapan en un “bucle sin salida” / Mininyx Doodle

La tendencia a repasar conversaciones, errores o preocupaciones de forma constante —un fenómeno conocido como rumiación— no ayuda a resolver los problemas, sino que se convierte en una fuente de estrés que el cuerpo interpreta como una “amenaza real”.

La neuróloga y especialista en mindfulness Vanessa Benjumea, autora del libro ‘Mente calma’, explica que esta actividad mental constante genera ruido interno, tensión física y alteraciones del sueño, publica Mens Helth.

La base neurológica del estrés

La doctora Benjumea señala que el bucle de pensamiento tiene una base neurológica concreta.

  • Activación de la Amígdala: “La amígdala cerebral entonces se activa —esa estructura relacionada con la ansiedad, el pánico y la defensa frente a las amenazas—“.
  • Respuesta Física: Aunque el peligro solo existe en la mente, el organismo responde encendiendo los sistemas corporales de estrés, liberando cortisol y adrenalina.

Este estado de tensión constante provoca que el cuerpo se tense, el corazón y la respiración se aceleren, y todo el sistema entre en alerta, lo que “desgasta nuestra energía y afecta nuestro ánimo, sueño y comportamiento”.

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El pensamiento como “estrategia de supervivencia mal calibrada”

En su libro, Benjumea distingue que la rumiación no es una reflexión productiva. La describe como “un intento del cerebro de encontrar control donde solo hay incertidumbre” y de cerrar ciclos cuando la mente percibe un problema no resuelto. Es decir, el pensamiento se convierte en una “estrategia de supervivencia mal calibrada” que busca alivio, pero termina generando más ruido.

La especialista enfatiza: “Pensar más no calma, al contrario, puede ser una gran fuente de amplificación del ruido interno, sobre todo cuando la mente busca soluciones a problemas inexistentes”.

La solución está en el cuerpo y el presente

La salida para romper este círculo vicioso no está en seguir buscando respuestas dentro del pensamiento, sino en regular el cuerpo.

  • Objetivo: La meta es que “el cerebro entienda que no hay peligro” y se pueda retornar al flujo del pensamiento normal, ese que “libera y alivia la mente”.
  • Herramientas: La clave es reconectar con la respiración, las sensaciones físicas y el aquí y ahora.

La rumiación, por tanto, se rompe “sintiendo mejor” a través del mindfulness y el anclaje del cerebro al presente.

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