Cuerdas al Aire. A 30 años de Toque: las huellas, sonidos y memorias detrás de un disco que cambió la música chilena
Treinta años después de su lanzamiento, Toque sigue siendo uno de los discos más influyentes de la música chilena. Un álbum difícil de clasificar, híbrido por naturaleza y cargado de una energía que cruzó fronteras entre lo popular, lo mestizo y lo alternativo.
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En un nuevo capítulo especial de “Cuerdas al Aire”, Joe Vasconcellos vuelve sobre las raíces de Toque, su trabajo emblemático, abre su archivo emocional y reconstruye el contexto creativo que dio vida a un disco que aún vibra en escenarios, estadios y memorias.
“En portugués, en esa época, un toque era un dato. Y el llamarlo Toque era justamente como un dato, porque dentro de toda la música que se estaba haciendo yo estaba haciendo una música distinta”, recuerda Vasconcellos.
“Venía con algo que yo no sabía bien qué era, pero que era lo que tenía en ese momento para hacer mi vida en Chile”. Ese gesto de identidad —casi intuitivo— fue el primer pulso de un álbum que rompió moldes sin proponérselo, marcando un punto de partida para una nueva mezcla sonora en el Chile de los noventa.
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La energía de Toque también se gestó desde la experimentación más libre y juguetona. Antes de entrar al estudio, el equipo se instaló en La Batuta, entonces el epicentro del rock chileno. “Hicimos harta preproducción ahí. Cuando llegamos al estudio utilizamos hasta las tostadoras, utilizamos todo. La gente del estudio estaba feliz”, recuerda.
“Los Fiskales nos prestaron unos amplificadores Fender gigantes, bien bulliciosos. Metimos todo lo que queríamos. Yo estaba feliz, y creo que ese espíritu está en el disco porque tiene una energía potente”. Esa vibra, caótica y luminosa, es hoy parte fundamental del álbum.
Toque no sólo impulsó nuevas mezclas rítmicas; también levantó homenajes. Así lo explica Joe al recordar la génesis de “Las Seis”, una postal nacida en La Serena: “Estábamos cerrando un verano de batucadas. Fuimos a celebrar y eran las seis de la mañana. Había una cantidad de zombies en la calle”. Esa madrugada inspiró una reflexión sobre las grandes orquestas de cumbia —Tommy Rey, Sonora Palacios— que animaban universidades y fiestas en todo Chile. “No salían en la tele, pasaron al olvido en los medios, pero en la vida real estaban tocando. Para mí era importante homenajearlos”. En Toque, ese guiño se transformó en una sonoridad imprescindible.
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El fútbol también encontró su lugar en este mapa musical. La historia detrás de “Sed de Gol” nació en una entrevista inesperada. “En una entrevista con el Pato Yáñez le pregunté qué escuchaban antes de salir a la cancha. Si tenían una arenga o algo. Y me dijo que no”. Ese vacío fue el detonante. “Me daba la sensación de que la música juega un rol importante en esa danza maravillosa que es el fútbol, por eso me vino esta cosa de hacer Sed de gol”.
A tres décadas de su publicación, Toque sigue vivo en miles de historias personales que encuentran en estos ritmos una forma de memoria y celebración.