Pie diabético: la grave complicación que crece en Chile, pero que se puede prevenir
Especialistas alertan sobre el aumento de úlceras y amputaciones por mal control de la enfermedad y entregan recomendaciones clave para detectarlas a tiempo.

Getty Images
En Chile, la diabetes mellitus tipo 2 afecta al 12% de la población mayor de 15 años, y su diagnóstico tardío se ha convertido en un problema sanitario creciente. De acuerdo con la Dirección de Salud de la Municipalidad de Santiago, las complicaciones por mal control —entre ellas el pie diabético— generan un alto costo para los pacientes, desde infecciones graves hasta amputaciones que pueden ser evitadas con atención oportuna.
El pie diabético es una de las consecuencias más frecuentes de esta enfermedad y se origina por la combinación de neuropatía (pérdida de sensibilidad) y mala circulación, facilitando la aparición de heridas, úlceras e infecciones severas. “Estas lesiones impactan fuertemente en la calidad de vida y aumentan el riesgo de mortalidad”, explica Paula De Santi, enfermera del CESFAM Padre Orellana.
Las úlceras pueden aparecer en cualquier zona del pie —talón, dedos o laterales— y debido a la falta de sensibilidad muchas veces pasan desapercibidas hasta que el daño es mayor. Por eso, los especialistas insisten en la importancia de conocer los síntomas: cambios de color, resequedad, fisuras, heridas de lenta cicatrización, secreciones, enrojecimiento y pérdida de sensibilidad.
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Para reducir riesgos, la recomendación principal es realizar una autoevaluación diaria en casa. Esto incluye revisar los pies todos los días, lavarlos con agua tibia, secarlos cuidadosamente —especialmente entre los dedos—, hidratar la piel y usar calcetines claros para detectar lesiones a tiempo. Además, se debe evitar comprobar la temperatura del agua con los pies debido al riesgo de quemaduras.
En caso de observar una herida evidente, dolor, secreción, inflamación o cambios bruscos de color, se debe consultar de inmediato en el CESFAM correspondiente. La atención temprana puede evitar infecciones severas, gangrena, osteomielitis, sepsis e incluso amputaciones. “No hay que temer en consultar; mientras antes se detecten las lesiones, más posibilidades hay de evitar complicaciones graves”, enfatiza De Santi.
Las autoridades de salud llaman a todas las personas diabéticas a mantener al día sus controles y seguir su tratamiento. La clave para evitar el pie diabético —y otras complicaciones severas— está en el control permanente y en la detección temprana de cualquier cambio en los pies.
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