Sufrió una de las patadas más impactantes del fútbol chileno y así recuerda el episodio: “Tenía el ego y el orgullo en el piso”
Mauricio Viana habló sobre el cruce que tuvo con Gastón Cellerino y entregó sabrosos destalles de lo que pasó posteriormente.
Mauricio Viana sufrió una de las patadas más impactantes que se han visto en el fútbol chileno. En 2012, jugando por Santiago Wanderers, el arquero recibió una patada voladora por parte de Gastón Cellerino, en ese tiempo delantero de Unión La Calera.
En una reciente entrevista, el exportero de los “caturros” recordó aquel episodio y entregó sabrosos detalles de lo que pasó posteriormente.
“En ese partido, con Cellerino nos empezamos a palabrear, yo le dije un par de cosas y él me tira un combo cortito. El árbitro lo ve y lo expulsa. Yo me tiré al piso y cuando me paré para encarar a Cellerino, este hueón me salta con una patada voladora… Me liquidó”, partió señalando Viana en diálogo con el streamer José La Orga.
“Físicamente no me hizo nada, pero mediáticamente fue una bomba. Cellerino pasó la noche en el calabozo. Más encima le pegó a un coordinador, le fracturó una costilla. La hizo completa”, comentó el retirado guardameta sobre la noche de furia que tuvo el atacante argentino.
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Siguiendo con su relato, agregó: “Cuando terminó el partido, yo fui a buscar a Cellerino para vengarme y ahí me enteré de que ya se lo habían llevado al calabozo. Después fui a la clínica a constatar lesiones, pero no tenía nada, solo tenía el ego y el orgullo en el piso”.
Viana y su reencuentro con Cellerino
En 2013, Gastón Cellerino fue fichado por Santiago Wanderers, pero antes de sumarse al plantel, tuvo un cara a cara con Mauricio Viana. “Recuerdo que Ivo Basay me dice: ‘Viene Cellerino’. Yo le respondí: ‘No, estay loco’. Esa fue mi primera reacción. Después me citaron a una reunión en donde estaba Cellerino con su señora. Yo estaba bravo, pero la esposa de Cellerino habló por él, fue la mediadora de toda la situación”, recordó el exgolero.
Por último, Viana contó que terminó siendo amigo de Cellerino y hasta lo invitó a su matrimonio. “El loco no era de mentira, iba al frente, me sentía respaldado por él. En vez de tenerlo como enemigo, lo terminé absorbiendo, porque él venía de jugar en Europa y había pasado por varios equipos. A fines de 2013 yo me casé y lo invité al matrimonio, ya era mi amigo”, concluyó.