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¿Te suenan las rodillas? Esto significa y cuándo consultar al médico

Una revisión de 103 estudios (36.439 personas) halló que 41% de la población general presenta rodillas ruidosas y 36% de quienes no tienen dolor ni lesión también las tienen.

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Getty Imagen / Motortion

Escuchar crujidos, chasquidos o chirridos al doblar o estirar la rodilla es muy común y, en la gran mayoría de los casos, no es señal de daño. A este fenómeno se le llama crepitación de rodilla y puede oírse al subir escaleras, levantarse de una silla o incluso al caminar. Las posibles causas incluyen el deslizamiento de tendones sobre el hueso, pequeños cambios del cartílago o el estallido de burbujas de gas dentro del líquido articular. La ciencia aún no tiene una explicación única y definitiva.

Una revisión de 103 estudios (36.439 personas) halló que 41% de la población general presenta rodillas ruidosas y 36% de quienes no tienen dolor ni lesión también las tienen. Aunque la crepitación es más frecuente en personas con artrosis (hasta 81%), no predice por sí sola que vayas a desarrollarla: en un seguimiento de adultos mayores, dos tercios de quienes siempre tuvieron crujidos no desarrollaron artrosis sintomática en cuatro años.

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En jóvenes con lesión de rodilla operada, los ruidos se asociaron a más hallazgos de cartílago afectado en el primer año, sin peor evolución clínica después.

Qué hacer (y qué no)

  • Si no hay dolor ni inflamación, no necesitas tratamiento: mantén la actividad. El mejor “cuidado articular” sigue siendo ejercicio regular (aeróbico y de fuerza) y peso saludable.
  • No hay terapias probadas para “quitar el ruido”. Desconfía de soluciones milagrosas: la mitad de los consejos online no tienen respaldo científico.

Señales de alerta: consulta si hay…

  • Dolor, hinchazón, sensación de inestabilidad o bloqueo.
  • Rigidez, enrojecimiento o pérdida de movilidad que afecten tu vida diaria.

En esas situaciones, tu equipo de salud puede indicar fisioterapia y ejercicio guiado, apoyo para control de peso y, si corresponde, antiinflamatorios, publica ScienceAlert.

En resumen: si tus rodillas suenan pero no duelen, lo más probable es que sea normal y benigno. Átate los cordones y sigue en movimiento.

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