Estos ingredientes están prohibidos en Europa por riesgos a la salud, pero todavía se usan en Chile
Los expertos relacionan a estos compuestos con problemas respiratorios y potenciales riesgos cancerígenos.
Estos ingredientes están prohibidos en Europa por riesgos a la salud, pero todavía se usan en Chile
En Chile, la regulación de aditivos alimentarios está establecida por el Reglamento Sanitario de los Alimentos, que define qué sustancias pueden incorporarse a los alimentos.
Sin embargo, algunos compuestos permitidos continúan generando alerta por sus posibles riesgos para la salud. Incluso, dos de ellos están vetados en países europeos, como Reino Unido.
1. Azodicarbonamida
La azodicarbonamida es un agente blanqueador y acondicionador de masa utilizado principalmente en panificación. Su función es mejorar la textura de la masa y facilitar la producción industrial de pan.
Aunque su uso está permitido en Chile, organismos internacionales han advertido sobre posibles efectos adversos: la inhalación prolongada en trabajadores expuestos puede causar problemas respiratorios, como asma, y algunos de sus subproductos químicos podrían estar relacionados con riesgos cancerígenos.
2. Hidrocarburos de aceites minerales (MOAH y MOSH)
Los hidrocarburos de aceites minerales son compuestos derivados del petróleo que pueden contaminar alimentos a través del contacto con envases o durante los procesos de producción industrial.
En particular, los MOAH (Mineral Oil Aromatic Hydrocarbons) son considerados potencialmente cancerígenos por su capacidad de dañar el ADN, mientras que los MOSH (Mineral Oil Saturated Hydrocarbons) presentan menor riesgo, aunque los estudios sobre su exposición prolongada continúan.
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En Chile, no existen límites específicos establecidos para estos compuestos en alimentos, lo que mantiene abierta la discusión sobre su regulación y vigilancia.
Falta de regulación en aditivos alimentarios
Si bien la normativa chilena regula ciertos aditivos alimentarios, la falta de límites para algunos compuestos como los MOAH y MOSH y el debate internacional sobre la azodicarbonamida destacan la importancia de la información al consumidor.
Por lo anterior, es necesario revisar etiquetas, preferir productos con ingredientes conocidos y exigir transparencia a los fabricantes.