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Estudio confirma que el estuario del río Maipo funciona como “sala cuna” para peces endémicos y en riesgo

El llamado es a la “conservación para la salud ecológica de toda la cuenca”.

Estudio confirma que el estuario del río Maipo funciona como “sala cuna” para peces endémicos y en riesgo

Un reciente estudio científico reveló que el estuario del río Maipo cumple un rol esencial como refugio y zona de reproducción para peces nativos y endémicos de Chile, algunos de ellos en categoría de conservación.

La investigación, impulsada por Fundación Cosmos, advierte además sobre el impacto de especies invasoras como la carpa común, lo que refuerza la urgencia de medidas de protección.

La iniciativa se desarrolló entre 2024 y 2025 en el Santuario de la Naturaleza Humedal Río Maipo, a través de cuatro campañas estacionales en diez puntos de muestreo.

El trabajo permitió establecer una línea base sobre la riqueza y abundancia de la ictiofauna presente en este ecosistema clave de la desembocadura del río.

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En total, se identificaron 10 especies de peces, seis de ellas nativas y cuatro introducidas. Dentro de las primeras destacan el puye (Galaxias maculatus), el pejerrey del norte chico (Basilichthys microlepidotus) y el cauque (Odontesthes cf brevianalis), todas en categoría Vulnerable y las dos últimas endémicas de Chile. También se registró la perca trucha (Percichthys trucha), considerada Casi Amenazada y endémica.

“Estos resultados confirman que el estuario del Maipo es un paisaje de alto valor natural y un espacio vital para la reproducción y subsistencia de especies nativas y endémicas”, destacó Diego Urrejola, director ejecutivo de la Fundación.

En la misma línea, enfatizó en que “su conservación es clave para la salud ecológica de toda la cuenca”, apuntando al cuidado y preservación.

Una ‘cuna’ natural

El informe describe al estuario como un ecosistema de transición donde se mezcla el agua dulce del río con la salada del mar, generando condiciones únicas para el ciclo reproductivo de distintas especies.

Algunas, como la lisa (Mugil cephalus), desovan en el mar pero dependen del estuario en sus fases juveniles, mientras que otras, como el cauque y el roncador (Micropogonias manni), desovan directamente en la desembocadura.

“La condición de la desembocadura como ecosistema de transición representa un espacio insustituible. Si se pierde la funcionalidad ecológica de este hábitat, se compromete un hábitat importante para especies que solo existen en nuestro país”, advirtió Urrejola.

Los datos recopilados también evidencian una variación estacional en la riqueza y abundancia de peces: la mayor diversidad se registró en primavera con seis especies, mientras que el otoño mostró menor presencia, aunque con mayor número de individuos contabilizados (403).

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Amenaza de especies invasoras

El estudio advierte además sobre la presencia de especies introducidas, en particular la carpa común (Cyprinus carpio), catalogada por la UICN como una de las 100 especies invasoras más dañinas del planeta.

Su expansión altera la vegetación sumergida, afecta la disponibilidad de alimento y compite directamente con los peces nativos.

Frente a este escenario, el informe subraya la necesidad de implementar un plan de manejo que combine control de especies invasoras, monitoreo constante y colaboración con comunidades locales y autoridades ambientales.

“Si dañamos este ecosistema, estamos comprometiendo un importante hábitat para especies que solo habitan en Chile”, concluyó Urrejola.

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