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Bolsonaro no asiste a juicio por intento de golpe de Estado alegando “problemas de salud”

El expresidente, en prisión domiciliaria, es juzgado junto a siete excolaboradores por abolición violenta del Estado de derecho, organización armada y otros delitos.

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Getty Images / EVARISTO SA

El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro (2019–2022), no acudió este martes al Tribunal Supremo Federal (STF) al comenzar las deliberaciones del juicio en su contra por encabezar un intento de subvertir el orden democrático tras perder las elecciones de 2022 frente a Luiz Inácio Lula da Silva. Alegó motivos de salud y siguió la sesión desde su domicilio en Brasilia, donde cumple prisión domiciliaria. Junto a él son juzgados otros siete colaboradores, entre ellos exministros de origen militar; solo el exministro de Defensa Paulo Sérgio Nogueira asistió en persona.

El juez instructor Alexandre de Moraes abrió la vista con una defensa enfática de las instituciones y un mensaje contra presiones internas o externas: “La impunidad, la omisión y la cobardía no son opciones para la pacificación… el tribunal dictará sentencia en base a las pruebas, independientemente de amenazas o coacciones”. Sin citar países, criticó el “intento de someter al poder judicial al escrutinio de otro Estado”. La audiencia, transmitida en vivo por YouTube, alcanzó picos de 20.000 espectadores.

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El fiscal general Paulo Gonet detalló los fundamentos para pedir condena por abolición violenta del Estado de derecho, pertenencia a organización armada y daños al patrimonio. Señaló que se incautaron borradores de decretos de excepción que contemplaban anular elecciones, detener autoridades e intervenir el Supremo, además de un discurso que Bolsonaro habría dado “después del golpe”. Recordó también testimonios de jefes militares y la existencia de un plan para asesinar al presidente Lula y al vicepresidente Geraldo Alckmin, extremo que forma parte de la acusación.

En paralelo, el entorno de Bolsonaro difundió que el exmandatario, de 70 años, sufre episodios de hipo severo y esofagitis, agravados —dicen— por secuelas de la apuñalada de 2018. Aliados que lo visitaron lo describen irritable y alicaído. La defensa no estaba obligada a su presencia física en esta fase.

El caso ocurre en un clima de tensión internacional. Tras la mención de Moraes a presiones externas, Jason Miller, asesor del presidente Donald Trump, publicó en X: “Sería prudente que el STF y Alexandre supieran que Estados Unidos no negocia con terroristas”. El STF continuará con las exposiciones y votaciones de los magistrados en las próximas sesiones, en un proceso que ya es considerado histórico: en 135 años de república, Brasil no había llevado a juicio a un expresidente y altos mandos militares por intento de ruptura democrática.

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