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“Después de ese Superclásico recibí muchas amenazas de muerte, la gente no me quería en el club”

“Lo único que quería era enterrarme”, relató el portero nacional, Paulo Garcés, al recordar el error que cometió en el partido entre Colo Colo y la U durante 2017.

Agencia Uno

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En la previa del Superclásico de este domingo entre Colo Colo y Universidad de Chile, el portero nacional, Paulo Garcés, repasó su paso por ambos clubes y rememoró el error que cometió en el tradicional partido del fútbol chileno durante el Torneo de Transición 2017.

En el choque entre albos y azules, disputado el 8 de abril de ese año en el Estadio Nacional, el actual golero de Unión San Felipe intentó controlar el balón tras un cabezazo de Felipe Mora, pero la pelota se le soltó de las manos y terminó dándole el 2-1 parcial a la U, en un partido que terminó igualado 2-2.

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Al respecto, Garcés conversó con TNT Sports Íntimo y relató el difícil momento que tuvo que vivir después de su error. “Es un partido que lo recuerdo muchas veces de mi vida, especialmente yo y mi familia. Fue un error infantil, de no poder tomar la pelota bien y obviamente pasó todo lo que pasó después”, comenzó diciendo.

“Cuando yo cometí el error quedé tirado en el pasto, mirando hacia abajo y lo único que decía ‘esto es mentira, es una pesadilla’. Habría y cerraba los ojos rápido para pensar que era un sueño, y no lo era. Lo único que siento como a los tres o cuatro segundos es al Pájaro Valdés al lado mío que me levanta y me dice ‘vamos para adelante, que esto queda’“.

En esa línea, el campeón de América con La Roja reconoció que “lo único que quería era enterrarme, decía ‘esto no puede estar pasando’. Más encima con 45.000 personas en el estadio y en mi primer Superclásico. Lo único que quería era agarrar mis cosas e irme al camarín”.

“Después de eso recibí muchas amenazas de muerte, y que lo he dicho públicamente en todos lados. Mucha gente no me quería en el club y al otro día me tuve que levantar nuevamente, ir a dejar a los niños al colegio e ir a entrenar", continuó.

Producto de esas amenazas, Paulo Garcés recordó que “tuve que cerrar mis redes por un tiempo. Me esperaban afuera del complejo, sabían dónde estuvieran mis hijos, a qué hora los iba a dejar al colegio, dónde vivía. Yo lo viví solo con mi familia. Acá la bancamos nosotros y salí a flote".

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