Cuatro posibles futuros para Gaza e Israel: ¿qué camino tomará el conflicto?
Con Hamás debilitado y Gaza al borde de la hambruna total, la comunidad internacional presiona por una salida mientras Netanyahu evalúa sus próximos pasos.

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Después de más de un año de guerra, Israel ha debilitado significativamente a Hamás y ha recuperado gran parte del control en la Franja de Gaza, con el costo de más de 60 mil muertos, incluyendo niños y adolescentes. Sin embargo, la crisis humanitaria se agrava, los rehenes aún no han sido liberados por completo y las negociaciones de alto el fuego están estancadas.
Frente a este escenario, se delinean cuatro posibles caminos para el futuro del conflicto, cada uno con implicancias dramáticas tanto para los israelíes como para los palestinos, publica Associated Press.
1. Reocupación total de Gaza: el regreso de las tropas israelíes
Uno de los escenarios más radicales sería la reocupación total de Gaza por parte del ejército israelí, una medida que el primer ministro Benjamín Netanyahu evalúa seriamente. La operación implicaría enviar tropas a las pocas zonas aún intactas del territorio —alrededor del 25%—, donde se concentra una gran parte de la población desplazada.
Este escenario traería consigo un alto número de víctimas civiles, más desplazamientos forzados y pondría en riesgo la vida de los aproximadamente 20 rehenes que aún siguen en manos de Hamás. Además, dejaría a Israel como potencia ocupante, con responsabilidades humanitarias directas sobre una población de más de dos millones de personas. La medida también podría aislar aún más a Israel en la comunidad internacional, y enfrenta resistencia tanto fuera como dentro del país.
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Aun así, la reocupación cuenta con el apoyo de sectores de extrema derecha dentro del gobierno israelí, que promueven la reubicación de palestinos fuera de Gaza y la reconstrucción de asentamientos judíos.
2. Un alto el fuego bajo condiciones internacionales
Otra posibilidad es un acuerdo de alto el fuego que responda a las exigencias de la comunidad internacional, en particular a las propuestas respaldadas por Estados Unidos, Egipto, Qatar y la ONU.
Este escenario contempla la liberación de todos los rehenes a cambio de la salida completa de las fuerzas israelíes de Gaza, la excarcelación de prisioneros palestinos y un alto el fuego duradero. Una tregua de seis semanas en enero permitió liberar a algunos rehenes y distribuir ayuda humanitaria, pero las negociaciones posteriores fracasaron.
Netanyahu teme que aceptar estas condiciones provoque el colapso de su coalición, dominada por partidos ultraconservadores, lo que podría precipitar el fin de su mandato y abrir la puerta a investigaciones por corrupción y negligencia en materia de seguridad.
3. Un alto el fuego con condiciones impuestas por Israel
Netanyahu plantea un alto el fuego temporal y limitado, condicionado a la liberación parcial de rehenes, la entrega de cadáveres, un flujo controlado de ayuda humanitaria y una retirada parcial del ejército israelí. Luego, Israel exigiría el desarme total de Hamás como condición para un cese definitivo del conflicto.
Además, el primer ministro ha manifestado su intención de fomentar una “emigración voluntaria” de gazatíes hacia otros países, medida que es vista como una expulsión forzada por buena parte de la comunidad internacional.
Hamás, por su parte, ha expresado disposición a ceder el control de Gaza a otras autoridades palestinas, pero se niega a entregar las armas mientras Israel mantenga ocupados territorios que los palestinos reclaman para su futuro Estado.

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4. Una guerra sin fin
Finalmente, el conflicto podría perpetuarse en su estado actual, sin una solución clara a corto plazo. Israel continuaría con ataques aéreos y operaciones militares selectivas; Hamás, aunque debilitado, mantendría una resistencia irregular con atentados esporádicos; y los rehenes podrían permanecer en cautiverio durante meses o incluso años.
La ayuda humanitaria podría evitar una hambruna total, pero Gaza seguiría en ruinas, y la inestabilidad impediría cualquier reconstrucción duradera. Este escenario también dependería en buena parte de la actitud del presidente estadounidense Donald Trump, quien ha declarado querer poner fin a la guerra pero ha evitado presionar públicamente a Israel.
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