¿Cada cuánto se debe lavar el pijama? (y por qué es importante hacerlo)
No es extraño que algunas personas no limpien estas prendas con la frecuencia adecuada. ¿Qué recomiendan los expertos en salud?

El pijama es una prenda de uso diario para muchas personas, acompañándolas cada noche durante el descanso. Sin embargo, no todos le prestan la atención necesaria en cuanto a su limpieza.
Es más, hay algunos que pueden usarlo durante semanas sin pensar en sumarlo a la cesta de ropa sucia, ya sea por comodidad, olvido o falta de hábito.
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Pese a todo, lavarlo sería muy importante y naturalmente, la frecuencia para hacer el proceso puede depender en gran medida del uso y la higiene personal.
Revisa a continuación qué recomiendan los entendidos en el tema.
¿Cada cuánto tiempo se debe lavar el pijama?
Diversos expertos parecen coincidir en que no se debe usar el pijama más de unos pocos días seguidos.
"Si los usaras solo en un ambiente limpio y fresco, probablemente podrías ponértelo tres o cuatro veces antes de lavarlos”, explicó al HuffPost la doctora Daniella Marchetti, especialista en sueño y psicóloga clínica.
Parte de todo se explica en los sudores nocturnos. “Las telas como el algodón o la franela absorben los aceites naturales, lo que significa que la suciedad y las bacterias pueden quedar atrapados y sería necesario lavarlos con más frecuencia“, complementó al mismo medio la dermatóloga Anna Chacon, dermatóloga.
Sumar dichas prendas a las cargas de ropa sucia también deberían ser frecuentes si alguien no se ducha, duerme en un ambiente cálido, no usa ropa interior en la noche o cuando el pijama está confeccionado con fibras sintéticas.
Por lo demás, las telas de seda y satén generalmente son mejores opciones porque son transpirables y menos absorbentes.
¿Y por qué es importante lavar el pijama? Pese a que podría no notarse a simple vista, el sudor, los aceites propios de la piel y las células cutáneas muertas crearían el ambiente perfecto para el crecimiento bacteriano.
Así, en última instancia, el pijama podría ser causante de infecciones, problemas, sensibilidad cutánea, acné, erupciones o reacciones alérgicas, por mencionar un par de ejemplos.