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Experto y redes sociales: «Bien usadas son maravillosas, mal usadas son caldo de cultivo del odio»

El académico Andrés Rosenberg analizó en Ciudadano ADN el rol de las redes sociales en el escenario de crisis social, y qué medidas deberíamos tomar para usarlas mejor.

Experto y redes sociales: «Bien usadas son maravillosas, mal usadas son caldo de cultivo del odio»

En medio de la crisis social que vive el país, las redes sociales se han vuelto determinantes tanto para comunicarnos, como para difundir información y sentimientos. Un ejercicio que conlleva varios riesgos, los que fueron analizados en Ciudadano ADN por el experto en redes sociales y académico de la Escuela de Publicidad de la Universidad Diego Portales, Andrés Rosenberg.

Dos de sus principales problemas, según el experto, son la proliferación de discursos de odio y la desinformación. «Cuando la sociedad se divide los discursos de odio florecen. Además, hay gente que a propósito quiere dañar la institucionalidad a través de noticias falsas», las que incluso se propagan más rápido que las noticias verdaderas, porque «validan el sesgo previo».

Según explicó el experto, lo que permiten las redes sociales -y particularmente Twitter- es «tener un publico muy amplio que de alguna manera se va moldeando como cercano a tu propia ideología», dada la facilidad de eliminar o bloquear a quienes representan ideas distintas. Esto conlleva el riesgo de que «se produce un eco de resonancia» donde todos parecen opinar lo mismo.

El uso de redes sociales, para el experto, es un tema que «se debería abordar en los colegios como parte de la asignatura de Lenguaje y Comunicación», tomando en cuenta no solo que «uno primero tiene que estar consciente de su propio sesgo antes de compartir noticias», sino también el que «la libertad de expresión tiene un límite cuando tú pasas a llevar la dignidad de la otra persona».

Una de las principales ventajas de las redes sociales es su capacidad para conectar a personas que están en países distintos. Entre sus desventajas, en tanto, están sus posibles efectos en salud mental. «Si en días difíciles me expongo demasiado a RRSS voy a pensar que hay una hecatombe y la verdad es que no es tan así», comentó Rosenberg, quien cree que su buen uso se trata de llegar a un balance, donde no se pierda la cercanía con el mundo real.

«Las redes sociales bien usadas son absolutamente maravillosas, mal usadas son caldo de cultivo para discursos de odio», afirmó el experto, quien cree que, cuando se trata de niños y adolescentes, «los papás tienen un rol muy clave en marcar límites. Hay gente que se ha suicidado por el trolleo y el harassment por redes sociales».

Y ante la diversidad de contenidos a los que se puede acceder en redes, dice Rosenberg, es necesario estar alerta, como en el caso del material de connotación sexual. «Hay un punto en el que uno ya no puede combatir el contenido, tiene que combatir el hábito». Por eso, insiste en que «la comunicación es clave. Explicarles que la sexualidad representada en la pornografía no es la real, que no terminen pensando que ese es el sexo real». Lo mismo en el caso de los comentarios abiertos en diversos medios digitales, que muchas veces reproducen discursos de odio sin filtro alguno. «Hay que explicarles que ese comentarista tiene un problema, pero no todos piensan así».

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