¿Consolas o celulares? Las dudas que dejó la feria de videojuegos E3
El periodista especializado en entretención digital, Axel Christiansen, analizó la etapa de transición dela industria y eligió los juegos que más prometen.

Por Axel Christiansen Z.
Mirándolo desde lejos, como un espectador, como las millones de personas que durante la semana pasada comentaron en redes sociales, vieron todas las conferencias y esperaron todos los trailers de lo último en video juegos, la última versión de la Electronic Entertainment Expo pintó un panorama muy nebuloso para el videojugador.
La edición de este año del E3 partió con muchas dudas impuestas no por los jugadores, sino que por las mismas compañías. Varias empresas decidieron no participar este año de manera directa en el evento, sino que armaron sus propias conferencias, salones de eventos y presentaciones al margen de lo que hasta ahora había sido un show de una industria cohesionada.
Pero los tiempos han cambiado y esta generación de consolas ha demostrado que los tiempos de desarrollo son más largos, los equipos más grandes y las posibilidades de fallar también lo son, por lo que obligar a cada compañía a presentar novedades de manera arbitraria durante el mes de junio no es algo que todas quieran hacer.
La crítica en internet es brutal y la mayor vitrina del mundo del videojuego también puede convertirse en su mayor condena.
Así es como podemos entender que Electronic Arts, una de las compañías que decidió salirse del centro del convernciones para armar su propio evento, no presentó ningún juego nuevo este año, solo datos de cosas que ya se conocían y estaban en carpeta. Y no los culpo.
Si algo ha hecho la industria del videojuego el los últimos años es acercarse a la forma de pensar de los fabricantes de teléfonos y como todos sabemos, Apple nunca participa en ferias porque ellos son dueños de su propia agenda. Si quieren presentar algo, lo harán cuando esté listo, lo mismo las otras marcas de equipos. Y las compañías de videojuegos piensan lo mismo.
No por nada juegos como Uncharted 4 se presentaron en eventos hechos por PlayStation, mientras que E3 se ha convertido en una suerte de competencia por ver quien logra el alcance mediático más grande.
Nada desde Japón
Nintendo es otro gran ejemplo. Mucho se le criticó a la empresa su decisión hace un par de años de dejar de hacer conferencias en vivo y reemplazarlas por sus “Eventos Digitales”.
Este año fueron aun más lejos y decidieron enfocar toda su presencia en el evento en un solo juego: The Legend of Zelda, "Breath of The Wild", juego que por esta apuesta se convirtió en el juego más comentado en redes sociales como Twitter y al que la empresa dedicó un streaming de casi 6 horas seguidas de contenido.
¿Se traducirá esto en ventas para su nueva consola? No necesariamente, pero siempre habrá una cifra que demuestre que lo que se hizo fue lo correcto.
Otro ejemplo de la "smartphonización" de la industria del videojuego es la aparición de las nuevas "consolas de transición". Para Sony, la PlayStation Neo, para Microsoft, el Project Scorpio y para Nintendo, la NX.
Ninguna de ellas tiene forma, ni precio, ni fecha de salida ni datos demasiado confirmados, pero todo apunta a que llegan para acortar los ciclos de las consolas. Yo creo que alguien se dio cuenta que si la gente era capaz de gastar dinero cada uno o dos años para renovar su celular ¿Por qué no lo harían con una consola?
Si hasta los discursos son muy parecidos. Ni PlayStation Neo ni Project Scorpio atreven a llamarse reemplazantes de las consolas actuales sino que funcionarán a la par de los equipos actuales, de la misma forma en que nos dicen que el iPhone 7 no reemplazará al 6 pero es cosa de ver como corren las aplicaciones para darse cuenta de que sí es así.
Esta nueva generación de recambio, que no veremos hasta el otro año, promete juegos en 4K, full compatibilidad con realidad virtual y máquinas que de verdad se puedan las exigencias técnicas que hace años eran un reto para los programadores de juegos quienes al parecer ya agotaron el ingenio.
Todo esto mezclado con anuncios como el de la Xbox One S, el rediseño de la consola de Microsoft que sale este año. En serio, con una mano en el corazón ¿Quién podría comprar en agosto un equipo que el 2017 ya estará obsoleto por un anuncio hecho 50 minutos más tarde? No lo se.
Y si, yo se que para muchos el E3 es en realidad sobre los juegos y de que hubo anuncios los hubo: aun alucino con la demo de Resident Evil 7, me encantaría poner mis manos ya sobre Steep, lo nuevo de Ubisoft o poder resolver ya los casos que traerá el Detroit: Become Human.
Cómo no emocionarse sabiendo que se viene un nuevo God of War, que Quake volverá en gloria y majestad tal como lo hizo Doom y Wolfenstein o que el nuevo Zelda no solo es una realidad, sino que se ve tan hermoso como imaginaba.
Todo eso sigue estando ahí, pero el futuro de la industria, como fue pintado en este evento, no me dejó con el mismo estado de euforia. Muchas preguntas, pocas respuestas y al final, los únicos que quedaremos con las dudas seremos los usuarios.
Porque qué mejor manera de asegurarse al menos un año más de vida que plantear las preguntas para que en un año más estemos todos volviendo a lo mismo solo para ver las respuestas.
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