Así funciona el Maglev, el tren más rápido del mundo
El tren Maglev puede superar los 600 km/h gracias a un sistema de imanes superconductores. Hace unos días llegó a los 603 km/h en una prueba en Japón.
Al monte Fuji, símbolo del Japón inmemorial, lo vuelve a retar un ingenio humano, un tren de levitación magnética o
, que acaba de batir el récord mundial al alcanzar una velocidad máxima de 603 km/h y mantenerse durante 11 segundos por encima de los 600. Un periodista de la agencia France Press que viajaba en uno de sus once coches comparó el vértigo que sintió con el acelerón al de un despegue. Y no eso lo único en lo que este tren se parece a un avión.
¿Cómo se consigue que un tren corra a esa velocidad? Haciéndole volar, literalmente. El SCMaglev L0, que así se llama el maglevjaponés, levita a 10 centímetros sobre su base. Tren y ferrocarril no son ya sinónimos: ahora se prescinde de las vías; el rozamiento con ellas haría imposible alcanzar esas velocidades.
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En su lugar, el tren se desplaza dentro de una guía-viga de hormigón con forma de ‘u’. Lo encauzan, lo propulsan y lo sostienen en el aire unos potentes electroimanes: “La tecnología está basada en el simple principio de atracción y repulsión magnética: los dos polos de un imán se atraen si son de distinto signo y se repelen si son del mismo”, explica Iñaki Barrón, director de Alta Velocidad de la Unión Internacional de Ferrocarriles.
A mayor electricidad, mayor campo magnético se crea. El maglev necesita uno 100.000 veces más potente que el de la Tierra. Para sacarle el máximo a la costosa y abundante energía que precisa, en el ‘maglev’ se utilizan materiales superconductores, que transmiten mejor la electricidad cuando su temperatura desciende a 269ºC bajo cero.