Los orígenes de Nicanor Parra y su devenir hacia la antipoesía
El antipoeta cumple 100 años de vida y durante esta semana en ADN Radio Chile revisaremos los aspectos más importante de su vida y trayectoria.

En San Fabián de Alico, cerca de Chillán, en 1914 comenzó a gestarse una familia muy especial. Nicanor Parra y Rosa Clarisa del Carmen Sandoval trajeron a Nicanor al mundo el 5 de septiembre de ese año. Un pequeño que junto a sus hermanos que nacieron después, se formaban con la influencia de su padre profesor y músico y su madre campesina, desde el comienzo influenciados por la cultura tradicional de su entorno y alejados de la ciudad.
El primero de los hermanos, en la década del 30 se fue a Santiago a terminar el colegio en el Internado Nacional Barros Arana (INBA) para luego ir a la Universidad de Chile a estudiar matemática y física. Ya en el año 1937, a los 23 años, lanzó su primer libro "Cancionero Sin Nombre", cercano a la obra de Federico García Lorca.
Las cosas empiezan a cambiar cuando se va a estudiar física a Estados Unidos a comienzos de los 40' y luego a Inglaterra. Empiezan otras influencias, otros autores, que sumado a su origen tradicional llevan su camino literario hasta que en 1954 saca su segundo libro "Poemas y Antipoemas".
Según su biografía en su sitio de la Universidad de Chile, su texto es una novedad insolente, ocupando un lenguaje más cercano, el humor, la ironía, la subversión.
De acuerdo a escritores y críticos, su estilo fue determinante para todo lo que vino después. Luego de su segunda obra vinieron rápidamente muchas más, como "Versos de Salón", "Canciones Rusas", "Obra Gruesa", "Artefactos", que es una caja con postales, y más.
El escritor nacional Álvaro Bisama recuerda un antipoema sobre la muerte de Eduardo Frei Montalva en donde no se sabe si se burla o no del hecho. Bisama ve que "Parra es el último viejo palacio del siglo XX, me parece que es algo que siempre estuvo ahí cuando aprendimos a leer, y no habríamos aprendido a leer sin Parra".
Nicanor Parra lee algunos de sus textos y lo que dice y la forma en que lo hace, provoca incluso risas en la audiencia. Es parte de su antipoesía, el humor, pero para algunos no se trata tanto de reírse, otros opinan que sí.
Él mismo ya no quiere que se vea así con tanta risa, según Marcela Escobar quien junto a Sabine Drysdale escribieron "Nicanor Parra, la vida de un poeta".
A su juicio, "él está súper cansado de eso", ya que el exceso de humor hace malentender la antipoesía.
Un trabajo constante que tuvo su origen en el mundo tradicional de San Fabián de Alico a comienzos del siglo XX, el antipoeta lo desarrolla ahora en sus apuntes diarios. Esta vez, desde la tranquilidad de su casa en Las Cruces.
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