Amy Winehouse murió por exceso de alcohol
Tres meses después de su muerte, se supo que la cantante falleció de manera "no intencionada", después de haber consumido cinco veces más alcohol que el permitido para conducir en Reino Unido.
Tres meses después de su muerte, hoy se supo al fin qué acabó con la vida de Amy Winehouse. La cantante de 27 años murió de manera "no intencionada", después de haber consumido cinco veces más alcohol que el permitido para conducir en Reino Unido. En su cuerpo se encontraron 416 miligramos de alcohol por cada 100 mililitros de sangre, cuando el límite legal para conducir son 80 miligramos, según el veredicto del tribunal de St. Pancras Corner. Estos datos descartan la hipótesis del suicidio.
Winehouse fue encontrada muerta en su piso de Camden el pasado 23 de julio pero hasta ahora no se habían podido esclarecer las verdaderas circunstancias de su fallecimiento. El mismo informe asegura que junto a su cadáver se encontraron tres botellas de vodka, "dos grandes y una pequeña". La artista había estado recibiendo ayuda durante años para combatir su adicción al alcohol y tenía instrucciones muy precisas de no beber cuando finalizó en Londres un programa de rehabilitación.
Suzanne Greenway, la responsable de la investigación judicial, aseguró en la audiencia del caso que la noche de su muerte Winehouse llevaba tres semanas sin beber ni tomar drogas y que "la ingesta de tal cantidad de alcohol tras las semanas de abstinencia" tuvo como consecuencia su "muerte accidental".
El padre de Winehouse, Mitch, acudió esta mañana al tribunal para escuchar de primera mano el veredicto. Desde el día del funeral, Mitch había defendido a su hija, asegurando que había "ganado la batalla a las drogas" y que esa no podía ser la causa de su muerte. Poco después, en agosto, la autopsia toxicológica le daba la razón.
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