Mafalda tendrá una escultura en el barrio de San Telmo
El popular personaje de historietas del dibujante argentino Quino tendrá una estatua emplazada a las puertas del edificio de departamentos donde vivió el artista, y que fue escenario para muchas de las escenas de su más célebre creación.
Mafalda, el popular personaje de historietas del dibujante argentino Quino, tendrá una escultura propia emplazada a las puertas del edificio de departamentos donde vivió el artista en el barrio de San Telmo, y que fue escenario para muchas de las escenas de su más célebre creación.
De esta forma, el adorable personaje volverá al barrio porteño de la infancia, a sentarse en el umbral del edificio donde tantas veces Joaquín Salvador Lavado -el verdadero nombre del dibujante- alumbró sus agudas reflexiones.
"La idea es que la gente pueda sentarse junto a ella y sacarse fotos si quiere", dijo el escultor Pablo Irrgang, quien tendrá a su cargo la tarea de darle vida "tridimensional" a la niña de tinta china y papel que aborrecía la sopa.
La escultura respetará el tamaño natural de una niña como Mafalda, evitando el resultado de un muñeco gigante, grotesco o chocante.
Irrgang, quien ya se encuentra trabajando en los bocetos, buscará que la figura "pase medio desapercibida, que sea una nenita sentada en la vereda, en un banquito o en el umbral del edificio".
La idea de identificar de algún modo la "casa del mito", como se conoce al edificio de la calle Chile 371, en San Telmo, surgió hace cuatro años por parte de fanáticos de Mafalda en internet, que proponían poner una placa de identificación en el sitio.
Pero la propuesta se convirtió luego en un proyecto formal del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, que propuso a Irrgang concebir una escultura de la niña pacifista y fanática de los Beatles.
Para este proyecto, hubo que pedirle autorización a Quino, por medio de su representante, y convencer al dibujante, que "era reacio a la representación de su personaje en tres dimensiones porque no ha tenido buenas experiencias en el pasaje del dibujo a lo tridimensional", explicó Irrgang.
Finalmente, el escultor le escribió una carta a Quino explicándole el proyecto al detalle y logró el visto bueno del dibujante, quien supervisará el proceso creativo de la escultura, que demandará unos dos meses de trabajo.