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«Fueron tres años horribles»: Emeterio Ureta recordó la lucha contra el cáncer de su fallecida esposa

El empresario también espetó que esta enfermedad "es un negocio asqueroso en las clínicas".

Emeterio Ureta

Emeterio Ureta

El empresario de 75 años, Emeterio Ureta, recordó su historia de amor con Paulina, madre de sus hijos, la dolorosa lucha contra el cáncer de ella y su posterior muerte.

En conversación con Martín Cárcamo en un nuevo capítulo del programa De tú a tú de Canal 13, abrió las puertas de su vivienda en El Arrayán, en la comuna de Lo Barnechea, y comenzó diciendo que su casa es un sueño cumplido.

«A los 17 años yo era pobre, murió mi padre, a los 19 murió mi madre. No tengo ningún estudio, tengo hasta primero medio (…) Llegué a Santiago con un maletín y con el abrigo de mi papá que acababa de morir en Curicó, mi pueblo querido. Llegué a Santiago sin ninguno, compadre. Yo no heredé ningún peso, nada, nada, nada», contó. De igual forma, indicó que proviene de una familia compuesta por 14 hermanos, que él es el sexto.

El «Marqués del Arrayán» afirmó que el sueño de su vida fue ser padre, pero que en realidad no se iba a casar. «Encontré a mi mujer de 18 años, yo 45, y quedó la escoba en la familia, quedó la cagada en la familia de ella», contó.

Su historia de amor

Emeterio relató que vio a Paulina en la playa y se enamoró a primera vista. Pololearon 3 años y que un día para otro pidió hora para casarse por el civil, la pasó a buscar en moto y se casaron un día viernes. Ella citó a una de sus amigas para que fuera testigo y Emeterio citó a su «nana». En la tarde se fueron a la casa y desde ese día se fue a vivir con él.

«¿Y qué le dijo a su familia?», preguntó Martín. «El día sábado los llamó por teléfono, en ese tiempo no habían celulares: ‘Nos casamos’, se fueron plop«, señaló. Después de tres años de casado, Paulina les contó que iban a ser padres.

ADN

Captura Canal 13 / Yem Manriquez Duran

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Una dura batalla contra el cáncer

Sobre el momento en que le descubrieron cáncer a Paulina, el empresario contó que le dijo a su esposa: «‘Vamos a bañarnos y hubo un toquetón divertido, le pesqué las pechugas, y le dije: ‘Mi amor, tienes un porotito’. ‘Ya empezaste con huev…’, me dijo. ‘Mi amor, tienes un porotito’. ‘¿Tú crees?’, me dijo. No me dijo nada más y seguimos leseando».

«El jueves llega llorando a mi oficina: ‘Mi amor, me fui a ver el poroto’, me dice. ‘Bueno, ¿y qué pasó?’. ‘Tengo cáncer’, y ahí se me vino el mundo para abajo. Ahí se me fue todo a la chuc…. Dije: ‘Dios mío, ¿me merezco esto yo? ¿por qué no me voy yo primero que ella?‘», reveló Ureta.

Expresó que desde ese minuto empezó la dura y difícil lucha contra el cáncer. «Partió el martirio, fueron tres años horribles (…) Cada quimio eran $600 mil semanales, que no los cubría la Isapre. Bueno, todo un lío, qué te puedo contar, pero espantoso, porque el cáncer es un negocio asqueroso en las clínicas«, espetó.

Paulina murió un 19 de mayo. Emeterio recuerda que fue un día esperable, pero horrible, que su señora murió de madrugada y que tuvo que decirles a sus hijos que su madre había fallecido. El mayor tenía 5 años e Isidora tenía 3. Ellos le preguntaban cuándo iba a volver su madre.

Luego del funeral se fue directo a Reñaca junto a los niños, quienes no entendían nada. Dice que fue en ese lugar donde su hija Isidora, más conocida como ‘Tita’, hizo una conexión con el mar que ha mantenido hasta el día de hoy.

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La viudez

El empresario afirmó que nunca tuvo un problema para criar a su hija, que siempre ha tenido una muy buena comunicación con ella y que desde el primer día habló de la adolescencia, de la sexualidad, de drogas, que no evitó ningún tema con ambos hijos.

Martín le preguntó si tuvo problemas con sus hijos cuando él pololeaba con alguna otra mujer. Emeterio fue tajante: «Muy difícil la situación con la Tita. No, la Tita no me aguantaba. Yo nunca amanecí acá en mi casa con una señorita (…) No era presentable para ellos que el papá tuviera una polola o una amante«.

Debido a lo anterior, el empresario confesó que arrendaba una pieza en Ñuñoa: «Los niños se dormían a las 10, 10:30 horas y yo partía a mi vida nocturna. A las 7:30 de la mañana la iba a dejar y a las 8:00 me venía para acá y me metía a mi cama. Nunca se dieron cuenta«.

Su hija reconoció sus celos y lamentó: «Yo era súper celosa desde chiquitita, siempre lo digo, y creo que es un grave error que cometí y he aprendido mucho de eso… Porque me hubiese gustado que hoy día mi papá tuviese pareja«.

Puedes revisar el momento haciendo clic aquí.

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