Inédito estudio usa el ADN para reconstruir la historia genética del pueblo mapuche
El continente americano fue el último en ser poblado por el homo sapiens, proceso que comenzó hace unos 14.000 años, desde el norte hasta el sur del continente.
Un estudio interdisciplinario publicado en la revista Current Biology ha arrojado luz sobre el origen y la ascendencia genética de los mapuche, uno de los pueblos originarios más grandes de Chile. El estudio, que combinó datos genéticos, lingüísticos, arqueológicos e históricos, fue dirigido por la Universidad de Zúrich (UZH) y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig, en colaboración con la Escuela de Antropología de la Universidad Católica de Chile.
El estudio se centró en la ascendencia genética de los mapuches, comparando el perfil genético de 64 participantes con datos de muchas otras poblaciones de América, incluido el ADN antiguo procedente de excavaciones arqueológicas. Los resultados indican que la ascendencia genética de los mapuches es típica del Cono Sur, la parte más meridional del continente, y que sus antepasados se separaron de los habitantes del Extremo Sur hace más de 4.000 años.
El estudio también reveló que los linajes mapuche distintivos se originaron localmente y han permanecido en relativo aislamiento, interrumpido por episodios de contacto con otras poblaciones sudamericanas a lo largo del último milenio. Este aislamiento general excluye la idea de un desarrollo regional panandino extensivo y se corresponde con el estatus del mapudungun, la lengua de los mapuches, como una lengua aislada.
Los investigadores también descubrieron que distintas identidades territoriales mapuches -pehuenche de los Andes, lafkenche de la costa y huilliche de la isla de Chiloé- están emparentadas entre sí, pero los huilliches aún conservan rastros de contacto genético con el extremo sur. Esto puede ser una firma de estructura genética originada en otros grupos conocidos como los Chono, que una vez habitaron Chiloé.
Mario Vergara
El estudio también destacó la importancia de la interacción directa con los participantes y la retribución de resultados. Las investigadoras principales regresaron a Chile y generaron instancias de encuentro y conversación con las comunidades sobre los resultados. Este enfoque interdisciplinario y participativo aporta una mirada innovadora sobre el pasado y el poblamiento de Chile.
Este estudio es un paso importante para comprender la historia y la cultura de los pueblos originarios de Chile, y subraya la importancia de la investigación interdisciplinaria y participativa en la comprensión de nuestra historia común.