Expresidente de la Sofofa y proceso constitucional: «Si no enfrentamos el debate de las ideas, mal podremos avanzar en las propuestas»

Desde Pivotes, un laboratorio de ideas, el expresidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), Bernardo Larraín Matte, identificó cuatro temas que considera claves para relación público-privada: la economía de recursos naturales, la informalidad laboral, las brechas en educación y el empleo público. 

Sobre los recursos naturales, identificaron como ámbitos de acción el legitimar socialmente y dar certeza jurídica a los inversionistas. habilitar la construcción de capacidades y bienes públicos, aprobar proyectos que equilibren desarrollo y sostenibilidad; en la informalidad laboral, plantearon desafíos en el crecimiento del país desde las Pymes, emprendimientos y empresas, la reducción de barreras de entrada al trabajo formal y la formalización de las Pymes; en educación, la colaboración entre la sociedad civil y el emprendimiento, combatir la deserción con tecnología; y en el empleo público, propusieron reformular el estatuto administrativo, dotar a gobiernos regionales de más capacidades, entre otros.

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En ADN Hoy, este lunes, Bernardo Larraín planteó que «todo el foco vuelve a ponerse en el nuevo proceso constitucional, que por supuesto es relevante, y que se dejen de mirar los procesos subyacentes que marcan el Chile actual». Y sobre ese nuevo escenario, el exlíder empresarial ve que «hay muchas tensiones ideológicas, percepciones instaladas, axiomas que condicionan el perímetro de lo políticamente viable en Chile. Entonces, al mismo tiempo que mostramos las propuestas, queremos mostrar los axiomas que impiden avanzar».

Así, a modo de ejemplo, identifica también una crítica con la actual administración de Gobierno: «¿Cuál es el objetivo (de la discusión de Gobierno): mejorar pensiones, mejorar compatibilidad entre trabajo y vida personal, y aumentar recaudación sin afectar crecimiento? Si estuviese en la mesa los instrumentos de esos objetivos, habría colaboración. Pero entró seteado a la discusión, con anteojo ideológico que condiciona el debate, una consigna, como por ejemplo ‘No+AFP’, o que aumentar recaudación es impuesto al patrimonio que los países han cesado. Es difícil colaborar cuando las cosas disponibles para discutir está 100% condicionada a una anteojera ideológica que proviene del origen de esta coalición. Y le ha costado entrara debatir los mecanismos más eficaces y eficientes».

Así las cosas, los debates constitucionales «pueden habilitar para que en el ámbito de la educación prevalezca la colaboración entre organismos públicos, fundaciones, emprendedores, que pueden poner innovación a disposición para hacer seguimiento al millón 250 mil jóvenes que están con graves niveles de inasistencia a la escuela, o a los 50 mil que desertaron del sistema escolar».

«La apertura tiene que provenir de la Constitución. Si la Constitución dice, como decía el texto rechazado, que el sistema educación le compete principalmente al Estado y serán solo los establecimiento del Estado los que tendrán el financiamiento basal, y se marginaliza la colaboración del mundo del emprendimiento y la sociedad civil, obviamente será más difícil enfrentar estas brechas en educación que se han profundizado con la pandemia», profundizó Larraín.

Hacia el final de la entrevista, el presidente de Pivotes expuso: «En el mundo empresarial y la sociedad civil estamos muy enfocados en la solución y dejamos marginado el debate ideológico y las ideas subyacentes. Al hacerlo, dificultamos el propósito de una organización que aspira a influir en el debate público. Si no hacemos el debate de los sesgos o como quieras llamarlo, estaremos perjudicando las posibilidades de que una política pública… Si no enfrentamos el debate de las ideas, mal podremos avanzar en las propuestas».