Alcaldesa Reyes tras balacera durante bingo en el que participaba en Lo Espejo: «No es importante porque haya estado yo, sino porque es lo que pasa todos los días en nuestra comuna»
En ADN, Javiera Reyes apuntó a un problema multifactorial: consumo problemático de alcohol y drogas y ausencia del Estado ante eso; dotación y distribución policial; rencillas entre bandas rivales y más.

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Alcaldesa Javiera Reyes tras tiroteo afuera del bingo - ADN te Acompaña - 30 de octubre de 2022
12:42
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Fue durante un bingo en la población Santa Adriana, en la comuna de Lo Espejo, al sur de la capital, que una balacera aterrorizó a los vecinos. Entre ellos estaba también la alcaldesa Javiera Reyes. Y en conversación con ADN, la militante comunista cambió el foco: «Esto no es importante porque haya estado una autoridad presente, porque haya estado yo; es importante porque es parte de lo que pasa todos los días en nuestra comuna».
«Durante las noches se sienten las ráfagas de balas, los fuegos artificiales y eso perjudica nuestra calidad de vida. Hay que cuestionarse por qué niños y niñas van a tener naturalizado tener que tirarse al piso cuando hay un tipo de situación relacionada con armas o sonidos similares. Eso es algo que queremos que cambie. Queremos seguir visibilizando nuestra realidad y que se puedan seguir tomando cartas en el asunto», agregó.
El bingo era en beneficio de Hugo Llancafil, una persona en situación de discapacidad. Las balas se escucharon más o menos a las 22:20. «En eso altiro todos al suelo, esperar que pasara la situación y de ahí empezar a llamar», detalló Reyes.
El hecho levantó las alarmas de las autoridades del gobierno central: desde el ministerio del Interior, la Subsecretaría de Prevención del Delito, la Fiscalía y la Delegación Presidencial tomaron contacto con la alcaldesa. Todos coinciden: «Hay consenso en que la comuna de Lo Espejo tenga más visibilidad. En eso esperamos que se materialice en más recursos, en más medidas».
Si bien una de las medidas impulsadas por la actual administración de Estado para afrontar los hechos de violencia de alta connotación social va en la línea de la tenencia de armas, Reyes aseguró que el problema es más profundo:
«Hay un mito: cuando se habla de prohibir la venta de armas a civiles, hablamos en realidad de que no sea normal ni natural tener un arma en la casa. De repente escucho argumentos que dicen que la gente buena va a quedar desarmada. En realidad, hice el simple ejercicio de buscar cuánto cuesta tener un arma en la casa y vi que no es algo exequible para la mayoría de la población. La familia promedio de chile no tiene la posibilidad de poder pagar eso en ninguno de los casos. Finalmente, quienes terminamos viviendo con las armas en las poblaciones somos las comunas populares y en realidad esas armas no las tienen personas que las tengan de forma legal. Al final, todo el mercado negro que existe termina siendo reflejado en nuestras poblaciones. Eso lo queremos fuera».
Las causas, dijo, son múltiples: la violencia entre bandas rivales, los velorios de alto riesgo, la ausencia de un consejo de seguridad, o «creo que la solución a esto tiene que ser mucho más transversal. Hay un tema en eso que por parte del Estado es una deuda permanente y que, en general, no hay formas de abordarlo: en el sistema de salud, tiene que ver con la rehabilitación por el consumo problemático de drogas y alcohol, que también son muy costosas y que no están a la mano de los ingresos de la familia promedio de Chile y que tiene que existir. Se trata de reducir la oferta de drogas y también la demanda. En eso finalmente son las iglesias las que terminan cumpliendo ese rol sin ningún tipo de apoyo».
La dotación policial y su distribución es otro de los temas que, señaló Reyes, podría contribuir: los criterios con los que esto se aplica. «En vez de considerar tan fuertemente las denuncias, debieran considerarse los homicidios o los delitos de mayor índice de violencia, que tiene una cifra negra mucho más difícil de la que se ve, a diferencia de las denuncias que no se ponen, sea por miedo o por la falta de dotación o porque los vecinos piensan que no va a pasar nada», explicó.
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