Periodista detrás del Milicogate: «Esto se terminó convirtiendo en una costumbre, en un derecho adquirido»

Mauricio Weibel, periodista y colaborador de Ciper Chile que destapó el caso de corrupción conocido como ‘Milicogate’, conversó con La Prueba de ADN sobre las diferentes aristas y nuevos antecedentes del caso.

Actualmente, la noticia gira en torno a los trabajos que realiza la ministra en visita de la Corte Marcial, Romy Rutherford, quien resolvió someter a proceso a los excomandantes en jefe del Ejército Juan Miguel Fuente-Alba, Óscar Izurieta y Juan Emilio Cheyre.

Frente a este escenario, Weibel apuntó a lo que esto significa en materia de «una importancia democrática«, indicando que «en la medida que funcionen las instituciones, que opere la justicia, nosotros empezamos a reconstruir esa democracia».

Además, valoró que se trata de «una situación que nunca pensamos que se iba a poder comprobar, que se iba a poder judicializar». Con esto, refiere a los gastos y malversaciones de los comandantes en jefe del Ejército.

Detalles del caso

A modo de contextualización, Weibel puntualizó que «un comandante en jefe, a monto actual, recibe uno $1.500 millones de pesos al año en gastos reservados».

Más allá de las cifras que se mueven en este nivel, el periodista señala como preocupante y llamativo que esto se podría «gastar sin rendir cuentas«.

Por otra parte, el periodista señala que «esto se terminó convirtiendo en una costumbre, en un derecho adquirido. Nadie se cuestionó el que se pueda sacar el dinero como en las películas».

Asimismo, revela cómo ese dinero en efectivo «lo repartían». «Pasaban millones, por ejemplo, a la familia de -Augusto- Pinochet, cuando él ya estaba muerto o cuando su familia ya no tenía un rol político en el país».

«Otros lo usaron, según la justicia, para compra de autos, compra de propiedades, para chocolates, flores«, agregó el hombre detrás del destape del ‘Milicogate’.

Un problema de profundidad en la institución

Más allá de los montos y casos particulares que se desprenden del caso, Mauricio Weibel reconoce «un problema de mala política pública«.

«Independiente que fueran los comandantes en jefe, a cualquier funcionario público que le pasaran $10.ooo millones y le dijeran que no tenía que rendir ese dinero, la verdad es que eso iba a terminar mal«.

Ahora se lleva a cabo una investigación detallada y especial, con diferentes sanciones. Sin embargo, también se debe considerar como un precedente.

Bajo esta idea, el periodista señala que se ha hecho «poco», ya que «el mecanismo de gasto reservado sigue vigente. Por lo tanto, estamos confiando en que no haya errores».

Enfatizando en que «los gastos reservados siguen sin tener que ser rendidos», Mauricio identifica que se trata de un «problema grave». Esto, ante la posibilidad de que sigan ocurriendo situaciones similares.

«Zonas oscuras»

Weibel menciona que «las condiciones que posibilitan los fraudes en el Ejército, o en Carabineros (…) tiene que ver con que hay zonas oscuras para el control«.

Puntualizó que estas surgen porque «hay dineros que no se tienen que rendir o existe una verticalidad del mando en los aparatos de administración que impide cualquier crítica«.

Pensando en posibles soluciones, según el periodista, específicamente hablando del ‘Milicogate’, serían: «Que los gastos reservados se tengan que rendir (…) lo otro, que la administración de los gastos sea de funcionarios civiles, pero no de militares».