Municipios de la región Metropolitana optarán por uso flexible de uniforme para este año escolar
Santiago, Conchalí, La Reina y más, adelantaron que desde marzo próximo, cuando comiencen las clases presenciales, se aplicarán márgenes de tolerancia, producto de los efectos económicos que ha traído la pandemia.

Uniformes Escolares
Distintas municipalidades de la región Metropolitana han optado por flexibilizar sus posturas respecto al uso de uniforme escolar, como consecuencia de los efectos económicos que ha traído la pandemia.
En el matutino El mercurio, las municipalidades de Conchalí, Santiago, Independencia, Providencia, La Florida, Quilicura, La Reina, Maipú, Estación Central y Ñuñoa tomaron postura y, con matices, señalaron que la flexibilidad respecto al uso del uniforme en los establecimientos educacionales aplicará para este año escolar.
Por ejemplo, en Conchalí, además de los establecimientos de las red educacional municipal, también se realizó una invitación a los sostenedores a que apliquen esta tolerancia. Mientras que en Independencia, junto con la no exigencia de uniforme, se priorizarán las clases híbridas.
En Quilicura, hacia el norponiente de la capital, además de la tolerancia al uso de ropa no escolar se entregarán ayudas para la adquisición de uniformes y útiles escolares. En La Reina, en tanto, se ordenó que el vestuario sea similar al institucional de cada colegio.
Hubo otras municipalidades que hicieron otra lectura del uso de la vestimenta escolar: «Creemos que el uniforme ayuda a evitar discriminación y competencia por vestimenta entre los estudiantes y facilita la vida de muchos apoderados. Además, genera un sentimiento de pertenencia a su establecimiento», dijo la alcaldesa de Vitacura, Camila Merino. Pese a ello, optó por la flexibilidad.
Y en la lógica del subsidio, desde la municipalidad de Las Condes precisaron que existen bonos municipales para enfrentar el gasto que implica esta clase de compras.
Sobre los efectos que el uniforme pueda tener, Ana María Raad, experta en innovación y educación de la fundación Relmagina, señaló en el citado medio: «La evidencia más reciente indica que la política de uniformes por sí sola tiene casi nada o nulo impacto en los aprendizajes«. Con todo, la preocupación está en que se transforme en una competencia o en la conformación de subgrupos.
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