Compañía de bomberos de Ñuñoa suspendió a involucrados en violento rito de iniciación

Un presunto caso de secuestro y tortura se vivió durante la noche del jueves en la Cuarta Compañía de Bomberos de Ñuñoa. Se trató del caso de iniciación de un joven de 21 años, quien a solo dos semanas de haber entrado a la institución, pasaba allí su primera noche de guardia.

Sostenidos en lo que llaman el «rito de iniciación», tres de los seis voluntarios que allí se encontraban fueron contra el nuevo integrante y le dijeron que lo iban a rapar. Ante la negativa del afectado, comenzó una pelea cuerpo a cuerpo con uno de ellos.

De acuerdo al relato de la abogada del joven a Mega, tras verse evidentemente dañado por el violento acto dada una evidente diferencia corporal entre uno y otro de los bomberos, ocurrió una segunda pelea. No conforme con ello, los tres voluntarios de guardia que hostigaron y violentaron al nuevo ingreso lo amenazaron con raparlo otra vez, pero el joven se negó nuevamente, lo que resultó en que fuera amarrado y amenazado con ser lanzado desde la parte alta del edificio.

Finalmente, la representante indicó que con las ataduras en el cuerpo aún, lo obligaron a abastecer de comida y alcohol a los voluntarios que lo hostigaban.

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En un comunicado de prensa dado a conocer durante esta jornada, el Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa señaló que la institución «ha dispuesto en forma inmediata la suspensión de los voluntarios y la realización de un sumario administrativo, antecedentes que serán entregados a los estamentos disciplinarios correspondientes».

En línea de lo anterior, la institución expuso que «no acepta, rechaza y condena categóricamente este tipo de actos, ya que se contraponen a nuestros valores y principios que se basan en el profundo humanismo y respeto en todo momento hacia nuestras voluntarias y voluntarios y toda la comunidad».

Mariana Hernández, abogada representante de la víctima de esta situación, argumentó que «es un hecho reprochable de todas las formas que vivimos en la actualidad».

Además, adelantó que estudiarán si iniciarán acciones legales contra los involucrados, la compañía o la institución. «Le dijeron que estuviera tranquilo, que aquello siempre se hacía, que era parte de la camaradería de la institución (…) Vulneraron su integridad física y síquica». Además, supo la abogada cuando se apersonó en el inmueble, que esta clase de actos son considerados «secreto institucional».

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«Desde los cinco años que él (la víctima) quería ser bombero. Ahora no quiere volver más. Arruinaron sus sueños de niño», señaló.